Supongo que todos los políticos tienen ansias de poder. Pero en los sistema democráticos al poder se llega a través de los votos de los ciudadanos emitidos en las correspondientes elecciones. Las encuestas solo son anticipos momentáneos y ocasionales sobre la intención de voto de los ciudadanos preguntados, que luego son proyectadas para simular un resultado final sobre la composición electoral del parlamento.
Pero precisamente porque aún no se trata de depositar la papeleta en la urna la respuesta en las encuestas es provisional y cambiante. Se trata simplemente de la emisión de un parecer que se puede cambiar tantas veces como se desee, a diferencia del voto electoral que depositado en la urna se convierte en definitivo e inmodificable hasta la próxima cita electoral.
Y aunque es verdad que las encuestas pueden reflejar las tendencias del electorado, hay ejemplos de notables divergencias entre los resultados que avanzaban las encuestas y el resultado electoral. Recuérdese sin ir más lejos la victoria electoral del PSOE en las elecciones de marzo de 2004 –atentado del 11 M de por medio- cuando las encuestas daban como ganador al PP, aunque no con mayoría absoluta.
Viene todo esto a cuento porque es absolutamente falso que exista en nuestra sistema democrático un gobierno y una oposición que no sean los formados en el Parlamento con fundamento en los resultados electorales.
Hablar como pretende Pablo Iglesias de que la actual oposición del Parlamento no es la real, sino que la verdadera oposición son él y Podemos, cuya única legitimidad son solamente las respuestas avanzadas en unas encuestas, es una grosera e intencionada manipulación de quien tiene tanta prisa por llegar al poder que ni siquiera guarda las apariencias de esperar a la decisión definitiva de los votantes.
Y digo que su autoproclamación como “jefe de la oposición” es una grosera manipulación de la realidad porque estamos ante un profesor intermedio de Ciencia Política que no puede desconocer ni el funcionamiento del sistema democrático ni que no hay gobierno ni oposición que no resulten de las elecciones parlamentarias.
Por eso, no estaría de más que el señor Iglesias de Podemos recordara la acertada frase del Doctor Marañón de que “la rapidez que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa”. Visto lo que estamos empezando a conocer del rastro que han ido dejando hasta hoy los líderes de ese partido, uno empieza a comprender su prisa por convertirse en líder de la oposición de las encuestas, ya que a medida que va pasando el tiempo parece cada vez más difícil que logre ser el líder de la oposición parlamentaria.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel