Los Estados democráticos que respetan los derechos humanos optan por la libertad en detrimento de la seguridad. Lo cual supone situar a la ciudadanía en una especie de estado de indefensión larvada que se hace visible abiertamente cuando hay un atentado con víctimas mortales. Dicho de otra manera, en los países democráticos es fácil organizar y cometer atentados porque la generalidad de los ciudadanos goza de unas libertades que están constitucionalmente protegidas contra las injerencias de los poderes públicos.
Esto lo sabemos y lo aceptamos todos aquellos que preferimos vivir en democracia a tener que soportar la asfixia de los recortes –y, en el peor de los casos, hasta la propia eliminación-, de los derechos fundamentales inherentes a los regímenes autocráticos. Los ciudadanos de los naciones democráticas tenemos menos seguridad porque preferimos la libertad aunque sea arriesgando nuestra integridad y nuestras vidas.
Viene esto a cuento para salir al paso de las declaraciones que acaba de realizar en su cuenta de Twitter el eurodiputado alemán Marcus Pretzell. Según el líder de la derecha radical alemana, el atropello del camión en Berlín fue un atentado y sus víctimas “son muertos de Merkel”.
Pues bien, me producen tanta indignación estas palabras falsas, injustas y oportunistas, que considero inadmisible que se pueda jugar tan sucio en un tema tan sensible y doloroso como son las consecuencias mortales de un atentado terrorista. El juego político y la inherente lucha por el poder entre los adversarios de los distintos partidos tiene sus límites y uno de ellos es no jugar partidistamente con las víctimas de los atentados.
Los muertos atropellados en Berlín son exclusivamente de sus autores. Ellos han sido los que han ideado, planificado y ejecutado el atropello mortal. Ángela Merkel no tiene más responsabilidad que la de todos los biennacidos que amamos la libertad con sus propios riesgos y que preferimos vivir en un sistema que respete los derechos humanos a tener que padecer el secuestro temporal de libertad propio de los regímenes autocráticos.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel