Los menos jóvenes se acordaran de que hace unos años en la generalidad de las películas de la gran pantalla y de las series de televisión los protagonistas fumaban constantemente. Lo más probable era que se debiese al deseo de publicitar el tabaco y, en buena medida también, a facilitar las propias interpretaciones de los actores que al fumar no tenían que preocuparse de qué hacer con las manos.
Hoy mismo se refiere indirectamente a esta práctica Ignacio Camacho en su columna de ABC cuando al escribir sobre la gran película Casablanca dice: “…y por la atmósfera del café, borrosa de humo, alcohol y juego”.
Hoy, conocidos y publicados los efectos gravemente nocivos del tabaco, los cigarrillos han desaparecido del mundo del cine. La legítima cruzada contra el tabaco, en la que se han implicado seriamente las autoridades de los países de nuestro entorno, ha conseguido eliminar de las escenas cinematográficas la publicitaria y persuasiva imagen de los ídolos del celuloide fumando.
Pero, como si el mundo audiovisual no pudiera dejar de incitar al consumo de sustancias nocivas para la salud, las series de televisión parecen haber sustituido el tabaco por el alcohol en algunos casos en medida que me parece alarmante.
En efecto, entre las series que uno puede ver en televisión hay una que me está resultando particularmente interesante. Se titula “The Good Wife”, que narra la historia de una abogada que vuelve al ejercicio de su profesión tras 13 años dedicada a su tarea de madre. Es una serie que refleja el mundo de la abogacía en EEUU a través del enjuiciamiento de los distintos casos, lo cual permite disfrutar de la marcha del juicio, de los enfrentamientos dialécticos de los abogados, y de la enérgica y resolutiva intervención de los jueces.
La serie se desarrolla a lo largo de siete temporadas que se pueden ver una tras otra. Pues bien, en toda mi ya dilatada vida jamás, insisto, jamás, he recibido tan impresionante bombardeo de imágenes de consumo de alcohol. La protagonista, Alicia Florrick, se pasa la vida bebiendo. Al salir del trabajo, se entretiene bebiendo, mayormente tequila, en los bares, y cada vez que se encuentra en casa rara es la vez que no tiene una copa en la mano, generalmente de vino tinto, pero también de licores destilados.
No descarto que algún día llegue a suceder con el alcohol lo que ya ha ocurrido con el tabaco. El alcohol consumido con moderación y a partir de la edad adulta puede tener efectos beneficiosos. Pero el mensaje que difunde la citada serie televisiva es de consumo abusivo, hay una verdadera incitación a consumir inmoderadamente alcohol, y personalmente pienso que no es un buen ejemplo para la ciudadanía.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel