Se subió al taxi, dio los buenos días y, tras indicar la dirección, siguió pensando en el tema profesional que iba a tratarse en la reunión a la que se dirigía. Era una carrera bastante larga y, aunque entró distraído, pasados unos minutos cayó en la cuenta de estaba prestando atención a la música que sonaba en la radio del coche.
Desde su asiento en la parte trasera pudo ver que la emisora era TOP RADIO y se fijó en que el Dial era 92,8. Uno tras otro se iban encadenando boleros, tangos y mariachis, aunando una música melódica que suavizaba el alma con unas letras que eran verdaderos poemas de amor y desengaños.
Al día siguiente, al salir de casa hacia el trabajo, nada más montar en su vehículo cambió la sintonía de la radio, una generalista, y grabó aquella emisora musical que se convirtió en su radio de cabecera. En más de una ocasión, se sorprendió cantando en viva voz las letras de alguno de los inolvidables boleros que navegaban por las ondas.
Un domingo tuvo que llevar a sus nietos, dos chicas de 14 años y un niño de 9, a casa de una tía y cuando ya estaban subidos al coche comenzó a sonar “Solamente una vez” de Agustín Lara interpretado por Luis Miguel.
La petición de los tres ocupantes fue instantánea: “abuelo cambia de emisora y pon HIT FM en la frecuencia 89.9“. El abuelo, aunque estaba disfrutando con su música, accedió y le dijo a la nieta que iba en el asiento delantero que sintonizara ella la emisora. Así lo hizo y empezó a sonar música moderna, con un ritmo vertiginoso y letras en inglés.
En el viaje de vuelta, cuando los nietos habían abandonado el vehículo, volvió a pulsar el número 1 de su aparato de radio integrado y nuevamente sonaron las notas melodiosas, ahora, de “te quiero dijiste” cantada por Plácido Domingo. Se acomodó en su asiento y pensó que tenía que haber alguna relación entre la música y la edad.
Y es que, en la fogosa juventud, nuestro cuerpo necesita seguramente un ritmo tan vivo que nos haga mover el cuerpo para quemar la enorme energía que producimos. Pero cuando, con la edad, el alma se serena, lo que nos pide el espíritu es una música que nos avive los recuerdos y abrace fuertemente el alma para que podamos resistir las heridas de las ausencias que se fueron con el tiempo.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel