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Blogs Puentes de Palabras por José Manuel Otero Lastres

Es la hora del compromiso constitucional

José Manuel Otero Lastresel

Una de las cargas que tiene gobernar es asumir la responsabilidad ineludible de cumplir y hacer cumplir la ley. El gobernante no puede dedicarse a jugar con las palabras esas “ágiles avecicas que andan revoloteando de labios en oídos y llevan sobre sus alas misteriosos y potentes conjuros”, como escribía Ortega y Gasset.

Por esta razón, Mariano Rajoy, al contrario que algunos destacados dirigentes del principal partido de la oposición –quienes para destacar una supuesta singularidad de Cataluña han hablado de “identidad nacional”, “comunidades nacionales”, y “estado plurinacional-, no puede entretenerse en idear eufemismos para suavizar una realidad incuestionable, a saber: que para la Constitución de 1978 solo hay una Nación, la española, que es la patria común e indivisible de todos los españoles.   

Y por el mismo motivo tampoco puede enredarse en aventurar otras vías distintas de la vigente Constitución, más voluntaristas que eficaces, para tratar de impedir a última hora que no llegue a producirse el desafío institucional que ha puesto en marcha el señor Mas.

Como es sabido, dentro de pocas horas se inicia la campaña electoral de las elecciones autonómicas que se celebrarán el 27 de septiembre, que el señor en un claro fraude de ley político quiere convertir en unas inexistentes –legalmente hablando- plebiscitarias. Pues bien, ante este hecho los ciudadanos tienen derecho a conocer sin sombras de duda qué partidos defienden la Constitución y cuáles intentan incumplirla. No es momento de matices, sino de adherirse con claridad y determinación a uno u otro bando. Lo exige el desafío al que los independentistas catalanes van a someter a nuestro ordenamiento constitucional.

Aunque son distintas, la situación que vamos a vivir en los próximos días recuerda el asalto por los golpistas al Congreso de los Diputados el 21 de febrero de 1981, toda vez que se quiere subvertir también el orden constitucional: en 1981 violentándolo con las armas y a partir del próximo 27 de septiembre incumpliendo gravemente normas básicas del Título Preliminar  la Constitución. Por eso, ha llegado la hora de comprometerse.

Y así como en 1981 la ciudadanía no habría podido entender que la oposición democrática buscara algún pretexto para no alinearse sin reserva alguna al lado de los que defendieron la Constitución, de la misma manera los ciudadanos de hoy podrían llegar a entender mal que los partidos constitucionalistas actuales recurriesen a matices de carácter partidista para no defender decididamente el texto constitucional.

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