El Secretario general de Podemos está encandilando a una parte de los ciudadanos apoyando su mensaje político en la idea del cambio. La reciente manifestación que tuvo lugar en Madrid fue convocada bajo la consigna de la “Marcha por el Cambio”. Y hace pocos días la agencia Europa Press difundía una noticia con el siguiente titular: “Pablo Iglesias tiende la mano a Tania Sánchez y a los sectores que entienden que “el cambio político se puede producir”.
Proponer un cambio es un eslogan atractivo desde el punto de vista político, sobre todo cuando se viene de una situación difícil y complicada. Pero ¿cúal es el cambio que nos proponen?
En el Diccionario de la RAE, cambiar significa, según su primera acepción, “Dejar una cosa para tomar otra”, y de acuerdo con la segunda “Convertir o mudar algo en otra cosa, frecuentemente su contraria”.
Pues bien, cuando en política alguien habla de cambio se puede entender más o menos lo que quiere dejar o mudar: la situación en la que se encuentra el país al que se lo propone. Pero aun así, lo que quedaría sin precisar es el alcance mismo de lo que se quiere abandonar: si toda la situación presente (lo que sería un cambio verdaderamente revolucionario) o solo una parte de la misma (lo que podría ser un cambio evolutivo).
Con ser lo que antecede preocupante, lo es todavía más el que el político en cuestión, en nuestro caso el Secretario General de Podemos, guarde el más absoluto silencio sobre la situación que se pretende tomar a cambio de la abandonada y si es o no la contraria a la misma. O dicho más llanamente: qué propone a cambio de lo que tenemos.
Así, y en lo que concierne a la situación presente ¿proponen abandonar el Estado social y democrático de Derecho?, ¿proponen abandonar el imperio de la ley como expresión de la voluntad popular?, ¿proponen desproteger a todos los españoles en el ejercicio de los derechos humanos, sus culturas y tradiciones, lenguas e instituciones? Aclárenlo, por favor.
Y suponiendo que quieran cambiar todas estas cosas o solo alguna o algunas de ellas, ¿qué nos proponen a cambio?, ¿una simple sustitución de personas: ustedes por los que están?, ¿un cambio de régimen en el sentido de instituir una democracia popular bajo la égida del proletariado? Y es que no solo se engaña con afirmaciones, hay también el engaño por silencio u omisión.
Creo que no serían pocos los españoles que les agradecerían que precisaran lo que nos proponen a cambio de lo que hay. Porque a un enfermo no se le cura suprimiéndole solamente el dolor, sino que hace falta un tratamiento y para prepararlo se necesitan conocimientos y experiencia.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel