Hace muchos años leí “La Historia interminable” de Michael Ende en la cual se planteaba en la literatura una vez más la idea del “eterno retorno” que consiste, como es sabido, en un concepto circular de la historia, cuyos acontecimientos se repetirían una y otra vez, casi sin variación alguna.
Carezco de conocimientos para pronunciarme sobre esta teoría filosófica formulada por Nietzsche, pero a veces uno lee en las obras de Historia pasajes sobre acontecimientos muy alejados en el tiempo que coinciden sensiblemente con otros ocurridos más recientes.
Ojeando un libro sobre Roma pude leer: “… el admirable pueblo romano convirtióse poco a poco en un populacho inactivo que vagaba por las calles de la ciudad. Roma atraía a los vagabundos desde todas partes como la luz a los insectos. El Estado proporcionaba al pueblo trigo a bajo precio y organizaba juegos y otras diversiones para entretener a las masas inquietas”.
En unas líneas más abajo decía: “En Roma, los ciudadanos que aspiraban a un nombramiento político tenían por costumbre mezclarse con el pueblo y cuidar de su popularidad por todos los medios halagadores para el hombre de la calle. En tales ocasiones llevaban una toga de tela blanca, la “toga cándida”. De ahí nuestro vocablo candidato”.
Y el remate: “El arte de atraerse partidarios llegó a ser una verdadera ciencia. Una carta enviada a Cicerón por su hermano menor nos lo indica: “Hay que desempeñar la comedia –dice la carta- de tal manera que el pueblo crea que uno es amable por naturaleza, sin sospechar la menor timidez. La mímica es muy importante y debe ser tan cuidada como la voz. Por último, hay que tener perseverancia y olvidar la fatiga”.
¿Les suena a algo? ¿No describen las líneas que anteceden la relación entre el pueblo subvencionado y el populismo? ¿No les recuerda la actuación fingida de los romanos de la “toga cándida”, la teatralización política de nuestros candidatos hoy elegidos diputados? Respóndanse ustedes mismos.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel