No recuerdo si alguna vez lo conté, pero si lo hice, lo repito ahora porque viene a cuento. Hace algunos años, para situar a mis estudiantes ante la importancia de la materia que íbamos a comenzar a estudiar les decía que, si alguna vez se me apareciese el “genio de la lámpara” y me diese solo 10 segundos para quedarme con el bien de este mundo que quisiese, yo no lo dudaría: pediría -les decía- un papel. Pero no cualquiera, añadía, sino uno que dijese: “Estados Unidos de Norteamérica, certificado de marca registrada, COCA-COLA, titular José Manuel Otero Lastres”. Y es que la marca es, como dijo alguien con singular acierto, el alma de la empresa. Y, sin duda, Coca-Cola es tal vez la marca más valiosa del mundo.
Los partidos políticos también tienen marca, que se concreta en sus siglas, las cuales constituyen el signo a través del cual los conocen los ciudadanos. Y claro, cuanto más antiguo es un partido, más conocidas, y consiguientemente, más valiosas son aquéllas. Esto es particularmente cierto respecto del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que fue fundado nada más y nada menos que el 2 de mayo de 1879, existiendo desde entonces de manera ininterrumpida, aunque haya pasado algún período en la clandestinidad. Para que vean la importancia que puede tener su largo tiempo de existencia, me permito recordar que la propia COCA-COLA fue fundada siete años después, en 1886.
Pues bien, es sabido que los avales obtenidos por los tres candidatos a las primarias que se celebrarán el 21 de este mes de mayo anuncian una división profunda difícilmente recuperable entre los militantes de este centenario partido. Si todo sucede como parece, la facción que resulte mayoritaria estará legitimada para seguir usando las siglas PSOE, ¿pero seguirá valiendo la marca lo mismo?
Desde luego, si gana una opción que represente una nueva oferta electoral, para saber el verdadero valor de la marca PSOE habrá que esperar a las nuevas elecciones generales, ya que solo entonces se sabrá la respuesta de la ciudadanía. Pero si quien gana es el anterior Secretario General, que cosechó los peores resultados electorales de la reciente historia democrática, ¿puede alguien asegurar que no se depreciará sensiblemente la vetusta marca PSOE? Lo acabamos de ver en Francia. ¿Valdrá lo mismo que hasta ahora una marca que puede convertirse, como mucho, en la tercera marca de partidos políticos a nivel nacional? Ustedes mismos.
Otros temas José Manuel Otero Lastresel