Ábalos y Lastra, nada fortalece tanto la autoridad como el silencio

La frase que figura como título de esta Entrada la escribió uno de los hombres más geniales y completos de la humanidad: Leonardo da Vinci. Este polímata del Renacimiento italiano, que cultivó con gran acierto campos tan diversos como la pintura, la escultura, la filosofía, la arquitectura, la inventiva industrial y la ingeniería, por citar solo alguno de los campos en los que destacó, llegó a la sabia conclusión de que nada fortalece tanto la autoridad como el silencio.

Por desgracia, hay algunos políticos, con poca formación o prácticamente sin ninguna, que se ven en la obligación de hacer su particular marketing político diciendo babosadas. Es decir, en lugar de abstenerse de hablar, salen concierta frecuencia a romper el silencio político, largando necedades, tonterías y afirmaciones que solo las creen sus paniaguados.

Me refiero, por citar solo dos de los casos más recientes, al ministro José Luis Ábalos y a la portavoz Adriana Lastra, socialistas ambos que, con un grado de credulidad más propio de un creyente fanático que de un político realista, tomaron por ciertos los datos recogidos en el último barómetro del CIS.

Y así, Ábalos, al comentar los taumatúrgicos resultados de las encuestas del CIS, que mantienen al PSOE como primera fuerza política con un 29,9 % de los votos, y al PP en cuarto lugar con un 14%, afirmó que: “este gobierno socialista está gobernando y eso es lo que le duele a la derecha”; Mariano Rajoy “administraba pero no gobernaba y tenía un montón de problemas por resolver”; y “el Partido Popular, como proyecto político, está en descomposición por agotamiento”.

No desconozco que a José Luis Ábalos no le queda otra que creerse las cifras del CIS, alabar hasta la exageración la actividad del gobierno de Sánchez, y denigrar la situación actual del PP por ser su principal adversario político. Pero entre el prudente silencio que mantienen algunos socialistas históricos, siguiendo el consejo de Leonarde da Vinci, y las críticas certeras de otros socialistas de tanta significación política, como Alfonso Guerra, Francisco Vázquez, Corcuera y Leguina, tal vez el señor Ábalos debería adoptar una postura más crítica sobre los platos que cocina en el CIS del Chef Tezanos, y sobre todo medir la pompa y el boato a la gestión (?) de Sánchez.

Por su parte, la fe de Adriana Lastra en el CIS es casi un caso de fanatismo radical. Comentando el último barómetro afirmó: “no hay ninguna otra empresa encuestadora en España con la capacidad del CIS y los datos del CIS son reales, no hay trampa ni cartón, y ahora ni siquiera se cocina”.

Es verdad que no hay ninguna otra empresa encuestadora en España con la capacidad del CIS. Por eso, es preocupante que esa organización, pagada con nuestros impuestos y que posee tanta potencialidad, en lugar de servir a los intereses generales de la ciudadanía, se haya puesto descaradamente al servicio del PSOE. Y sobre la afirmación de que los datos son reales y que ahora no se cocina, le recomendaría a Lastra, que se tome la molestia de comparar los datos que daba el CIS para las elecciones andaluzas y los resultados realmente producidos. Y si todavía le queda tiempo que examinen los chistes que circulan por la red ridiculizando a la otrora prestigiosa agencia encuestadora “Centro de Investigaciones Sociológicas”.