Las gafas de Google (Google Glass) prometen ser el gadget de los próximos años. Lo más nuevo, lo más tentador, lo que nos pediremos en Reyes. Aún no se venden, por si alguien lo duda después de verlas durante años en los medios de comunicación, pero su salida al mercado ya parece muy cerca, seguramente antes del verano. A día de hoy, solo unas 18.000 personas en todo el mundo tienen una en sus manos, la mayoría desarrolladores de aplicaciones y famosos. Dos de ellas están este fin de semana en Fitur. Pertenecen a la empresa española Zerintia, que ha desarrollado la primera aplicación turística europea específicamente para Google Glass.
Todavía es algo parecido a un pequeño tesoro. Las gafas están en manos de Pedro Diezma, CEO de Zerintia, y cuando te las deja sabes que hay media docena de personas que han visto el gesto y se han puesto a la cola, a esperar su oportunidad. Dice Diezma que se venderán más de 30 millones el primer año en Estados Unidos, tal es la fiebre y la ansiedad generada por la campaña de comunicación más larga de la historia de un producto antes de salir a la venta.
La primera sensación es que las gafas pesan muy poco, lo mismo que otras cualquiera e incluso algo menos que las de sol que he dejado en el coche. La segunda es que la pantalla en la que se ven las imágenes es más pequeña de lo que parece. Se ve bien, sin dificultad, pero apenas es una pestaña que flota sobre mi ojo derecho. Hay que ajustar la patilla, un poco a la derecha, un poco a la izquierda, hasta que las imágenes están a la altura adecuada. Y ya está.
¿Qué se ve? Lo primero que hay que saber es que Google Glass funciona con aplicaciones, como un móvil, de tal manera que lo que se ve dependerá de las aplicaciones que hayamos descargado y de la utilidad que tenga cada una de ellas. También hay que tener en cuenta que necesitan una conexión a internet, vinculada a la línea del móvil que llevamos en el bolsillo. La mayoría de los móviles nuevos crean pequeñas redes wifi, suficientes para el funcionamiento de estas gafas.
La aplicación de Zerintia que se muestra en Fitur es una de las primeras que se hacen en Europa en el terreno turístico. Básicamente, es una guía del centro de Madrid, de forma que lo que vemos son monumentos (El Prado, Plaza de Neptuno, Cibeles, Congreso de los Diputados, Palacio Real…) con la información turística correspondiente. El GPS detecta cuándo estamos cerca del monumento, nos lo enseña y nos da la información necesaria, que puede oírse además de verse. Por decirlo de alguna manera, es una versión revolucionaria de una audioguía: sabe dónde estamos y nos los enseña con detalle. Como cualquier sistema de Navegación, también nos pude llevar al sitio que buscamos. En la pequeña pantalla de la gafa aparecen con precisión las calles y nuestro avance por ellas, como en el navegador del coche. En este vídeo se ve el funcionamiento de la aplicación por las calles de Madrid.
Google Glass también es un buscador de internet. Basta pedirlo (verbalmente) y aparece Google, y basta decir qué queremos y nos los enseñará. Un inconveniente: en las versión que tengo entre las manos, y en la primera que saldrá a la venta en Estados Unidos hay que pedirlo en inglés. Llegará la versión española, claro, pero no al principio.
¿Qué más se puede hacer con las gafas? En realidad, casi lo mismo que con un móvil. Es una cámara de fotos y de vídeo. Y es el “contenedor” en el estarán las aplicaciones que nos interesen. Habrá miles, cientos de miles. Nadie lo duda. Para el negocio turístico se antoja una revolución, una nueva forma de ver las ciudades. Llevaremos “en el ojo”, cómodamente, el mapa para movernos sin problemas por las calles y tendremos todos los detalles turísticos que nos apetezca consultar. Por supuesto, también podremos ver restaurantes, galerías o tiendas cercanas. Y para pasar de una app a otra, de una función a otra, basta con deslizar el dedo sobre la patilla, con la misma suavidad que en el móvil.
En los próximas semanas tendremos noticias de nuevas aplicaciones. De hecho, en Fitur se presentaba este miércoles en el pabellón 10 «Madrid Precious Time», una app turística para Google Glass que forma parte de un proyecto de colaboración con la Organización Mundial de Turismo y el Ayuntamiento de Madrid; y la contribución de SEGITTUR (del Ministerio de Industria) como socio tecnológico.
Sí, yo también he probado las Google Glass. La foto que encabeza estas líneas lo demuestra. Antes del verano puede que ya estén a la venta, y puede que cuesten menos de lo que se pensaba. Se habla de entre 400 y 600 dólares/euros. ¿Te comprarías unas?
Otros temas J. F. Alonsoel