Como se sabe, Casablanca se rodó íntegramente en los estudios. Seguramente, un dato de sobreinformación innecesaria, porque lo cierto es que cuando volvemos a ver la película, da igual los años que pasen, se respira “verdad”. Viajamos “de verdad” a Casablanca, en un tiempo incierto y peligroso, con más espías que marroquíes en las calles. Volvemos a visitar su mercado ruidoso, el aeropuerto envuelto en niebla, el bar que nunca existió…
En realidad, Casablanca es menos en la realidad que en el cine. Y, por supuesto, el Rick’s Café nunca existió… hasta hace unos años. Kathy Kriger, una diplomática estadounidense que vive en Marruecos desde 1998, se cansó de la política tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y decidió abrir un Rick’s Café que solo recuerda vagamente al creado por el cine, pero que es imprescindible visitar en cualquier viaje a esta ciudad. Una comida cerca del piano (de los años 30), entre arcadas curvas, con vistas al Atlántico, siempre permitirá evocar la película, reencontrarse con la magia de la historia.
En la conversación seguramente aparecerá el coche en el que Humphrey Bogart e Ingrid Bergman viajaban al aeropuerto, en la recta final de la película, junto al capitán Louis Renault y a Paul Henried (Victor Laszlo). Aquel vehículo mítico, utilizado en otras muchas películas, saldrá a subasta el próximo 25 de noviembre en Nueva York.
Según la descripción detallada de la casa de subastas Bonhams, se trata de un Phaeton Buick Limited de 1940 modelo 81C convertible, con 8 cilindros, chasis no. 83827860, transmisión manual con volante a la izquierda, 42.000 kilómetros oficiales recorridos, exterior de color marrón e interior en su estado original con algún leve desperfecto. La mecánica ha sido revisada (aunque no por su último propietario), por lo que parece que está listo para salir a la carretera. El precio inicial de esta pequeña joya oscila entre 330.000 y 370.000 euros.
Estas fotos muestran su estado actual.
