Siempre han estado ahí, sobre todo en la playa. Pero ahora, la crisis y la moda de las webs de alquiler entre particulares abren una nueva pugna en el negocio del turismo. Solo en Barcelona, se han duplicado los apartamentos turísticos en el último año.
El éxito de las páginas de alquiler de casas y apartamentos de particulares es ya más que una moda. Cada vez es más frecuente que todos busquemos alojamiento en estas webs por dos razones: mejores precios y más comodidad y espacio para las familias. Esa impresión general se confirma ahora con estas cifras: según datos de Friendly Rentals, en 2011 se contaban alrededor de 2.600 apartamentos turísticos en Barcelona; un año después, son más de 4.850.
Los hoteleros miran con desconfianza esta nueva y poco controlada competencia. Se quejan de que no está claro que los propietarios declaren estos ingresos a Hacienda, de problemas de seguridad, de reservas anuladas por el dueño solo uno o dos días antes del viaje… Al cabo, hablan de competencia desleal, de un terreno sin vallar.
Al mismo tiempo que hacía públicos sus datos Friendly Rentals, conocíamos los de Airbnb, una de las webs que más han crecido en los últimos meses en todo el mundo. En concreto: a lo largo de 2012 pasaron de 120.000 a 300.000 propiedades, en las que ya se han alojado cuatro millones de viajeros (tres millones solo en 2012).
Ambos hechos son una realidad: a los viajeros (sobre todo a las familias, insisto) les gustan cada vez más las casas o apartamentos de alquiler a la hora de viajar a alguna ciudad española o europea. Y a los dueños de los hoteles les disgusta en la misma proporción. Hablan de hoteles ilegales. De terreno opaco para el fisco. ¿Lo son? ¿Lo es? ¿Dormirías en casa de un extraño, contactado a través de una de estas webs? ¿Alquilas tu casa y la declaras a Hacienda?
Personalmente, he utilizado en una ocasión los servicios de Airbnb sin el menor problema. Era una casa excelente en Valencia, en la que estuve durante cuatro días con mi familia, sin las estrecheces de una habitación de hotel. ¿Es así siempre?
La pelea entre el negocio establecido y el emergente acaba de empezar.
Otros temas J. F. Alonsoel