Todo empezó con un comentario de Dionisio Miguel Recio, que había sido nombrado en 1995 director general de Turismo de Castilla y León. «Aquí hay un nicho diferenciador. Deberíamos hacer una feria para promocionar el turismo de interior». Algo así solía decir, recién llegado al cargo. Aquella idea general se fue matizando con el paso de los meses. Recuerda ahora Juan Useros, director general de la Feria de Valladolid desde 2013, que al principio se pensó en un proyecto más «local» (la promoción de la región), pero pronto estuvieron de acuerdo en que aunque «jugar en casa» era una ventaja, si Intur quería tener futuro debería ser un escaparate de «todo» el turismo de interior, de toda España, a ser posible de todo el mundo.
Este jueves comienza en Valladolid la vigésima edición de la Feria Internacional del Turismo de Interior. Veinte ediciones (1997-2016) desde aquellos primeros tiempos del turismo rural hasta hoy, cuando el concepto «turismo de interior» es tan grande como quiera imaginarse. Desde el turismo ornitológico o cultural al urbano o gastronómico. Desde Castilla y León hasta Cuba, que promociona este año sus pueblos y actividades fuera de la playa, o la Selva Negra alemana. Dice Useros, con la experiencia de toda una vida en la Feria de Valladolid, que la evolución de Intur depende de las empresas, y las empresas de la economía. Un triángulo que no siempre es perfecto. En época de crisis, Intur sufrió. En época de bonanza, prosperó. Ahora -opina- empieza una nueva etapa de recuperación, con más de 17.000 profesionales y más de 44.000 visitantes.
En estos veinte años, Intur se ha especializado, ha perfeccionado la fórmula que imaginó a vuelapluma Dionisio Miguel Recio. Los interesados que acudan a la Feria de Valladolid encontrarán, com siempre, ideas para sus escapadas o vacaciones. Pero en este tiempo nuevo el «factor profesional» se torna imprescindible. Hay que atraer negocios y profesionales, resume Useros. En esta edición, por ejemplo, Intur ha planificado unas jornadas de formación, ha impulsado la venta en los stands de viajes a buenos precios y ha ampliado el espacio de Intur Negocios.
Durante cuatro días, Valladolid es la capital del turismo. Un buen destino para pasar cualquier fin de semana (los bares y restaurantes de esta ciudad que acoge cada año el Concurso Nacional de Pinchos y Tapas tienen merecida fama), para ir a la feria en busca de información y consejos de primera mano, o bien para brujulear a la caza de ideas e inspiración (los expertos lo llaman «turismo de sorpresa»). Al cabo, para confirmar que España es aún un país por descubrir.
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