En la Playa de Omaha (en Colleville-sur-Mer, frente al Canal de la Mancha) hay una escultura llamada “Memorial Les Braves”. Es una obra de Anilore Banon, inaugurada el 5 de junio de 2004, que simula unas alas de la libertad que brotan de la arena y el agua. Mide 9 metros de alto, 15 de largo y pesa 15 toneladas. Es uno de los símbolos de la Europa libre hoy, 75 años después del desembarco y la Batalla de Normandía.
Una ruta por los hitos de aquellos días podría llevarnos a las playas bautizadas para la operación militar como Sword (Ouistreham), Juno (Courseulles-sur-mer), Gold (Arromanches), la citada Omaha (en Colleville-sur-Mer) y Utah (entre Sainte-Marie-du-Mont y Quinéville). También podría pasar por la Pointe du Hoc, punto clave de las fortificaciones alemanas y escenario de la dramática violencia de los combates. O por la memoria de la tentativa fracasada de Dieppe, el 19 de agosto de 1942. Todos estos lugares y otros muchos se recordarán este 6 de junio, durante los actos del 75 aniversario del acontecimiento que cambió la historia del mundo.
El turismo alrededor del Día D suma propuestas cada día, y más en un año como este, aniversario redondo. Tanto es así que el negocio alrededor de este acontecimiento está provocando un pequeño debate en Francia. “Tenemos una proliferación de bienes de consumo en el Día D y lugares sin un respaldo científico creíble, sin olvidar la dimensión trágica de la guerra”, le ha dicho a Afp Bertrand Legendre, profesor de la ‘Université Paris 13. También hay opiniones a favor de esta tendencia turística: “Nuestro objetivo es tratar de revivir lo que experimentaron los paracaidistas estadounidenses la noche del 5 al 6 de junio”, según Emmanuel Allain, codirector de un museo en Carentan-les-Marais que ofrece una simulación de vuelo en un C47. Cerca, hay una nueva sala de escape, Le Blockhaus, y pronto abrirá el Normandy Victory Museum.
En las celebraciones de este año, a las que acudirán muchos viajeros aficionados a la historia, participarán tres aviones españoles restaurados, adscritos a la Fundación Infante de Orleans, que han despegado este martes desde el aeródromo de Cuatro Vientos hacia Normandía: una Piper L-14 y dos Piper L-4. Una de ellas participó en la Segunda Guerra Mundial como avión de observación de la artillería en la 5ª División Blindada del Noveno Ejército bajo el mando del General George S. Patton. Los tres participarán en los actos conmemorativos bajo el nombre de escuadrón “In honor of the Miss Me!?” y se unirán a las cerca de 80 aeronaves –muchas de ellas veteranas de guerra- llegadas de toda Europa.
El vuelo desde Cuatro Vientos a la costa francesa durará más de 15 horas, tras pasar por Burgos, San Sebastián, La Rochelle y finalmente Saint Andrè de L’Eure. La tripulación está liderada por José Fernández-Coppel Larrinaga y José Luis de Augusto como copiloto de la Piper L-4J. Augusto es ingeniero y piloto de ensayos, superviviente del Airbus militar A400M que se estrelló en Sevilla en mayo de 2015. Una lesión medular le dejó en silla de ruedas. Su historia de superación es de las que se contarán durante mucho tiempo. Es el primer instructor de vuelo con discapacidad en España, el primer piloto parapléjico. Por último, a los mandos de La Piper L14 está José Luis Olías Arce, piloto de la F.I.O. y técnico de mantenimiento de aeronaves. Sergio Pérez Higueras, comandante de A-320 en Iberia y Javier López Acinas, jefe de mecánicos de la FIO, vuelan en la Piper L-4H.
Europa