Ignoro si es mejor o peor que algunos todavía llamemos de usted a los mayores porque las formas de relación entre las personas cambian con los tiempos. Sí creo que la palabra usted está desapareciendo de la mayoría de las bocas y que aquello se llamaba forma de cortesía. Nuestros hermanos británicos utilizan el “por favor” y el “gracias” a cada paso, incluso cuando envían la Royal Navy a las colonias, pero no tienen un pronombre personal de familiaridad como el tú diferente de uno de cortesía como el usted.
Hoy nado en dudas. Ignoro si cuando mi hija sea mayor existirán las normas de cortesía entre los sexos, pues ni siquiera sé cuántos sexos habrá. Tampoco sé si es bueno que los de la escuela antigua continuemos cediendo el paso a las damas, aunque desde luego sonríen; eso es estrictamente empírico. Pero sé una cosa: que cuando alabamos el aspecto de una señora que pasa cerca no podemos escupirle a nuestra interlocutora ese exabrupto de “mejorando lo presente”. La fórmula original y caballerosa operaba al revés: era mejorándolo lo presente, que quería decir “es guapa, pero usted lo es más”. Eso resultaba difícil de pronunciar y el uso produjo una haplología: eliminó una sílaba semejante a otra contigua. Originalmente se decía impudicicia, pero la prosodia resultaba también muy difícil y ahora pronunciamos impudicia. La Academia destaca que en El Quijote, II, 32, Cervantes escribe «dejarse lavar» por «dejarse lavar la barba». Insisto en que volvamos a decir “mejorándolo lo presente”.
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