Vox puede morir de éxito si equivoca su estrategia política y se cree que los votos que ha recibido en Andalucía, los del hartazgo con los partidos tradicionales de derecha e izquierda, se van a mantener, actúe como actúe en política. Que se mire en el espejo de Podemos, que ha iniciado una caída en picado, sin muchas posibilidades, de momento, de remontar.
La mayoría de los votantes que han apoyado a VOX no lo han hecho por su posición ante la ley de violencia de género, sino por su discurso sobre España, contra la inmigración irregular, la defensa de los valores tradicionales y su mirada desacomplejada de los principios de la derecha.
Estos votantes quieren cambio en Andalucía y no le van a perdonar a Santiago Abascal que bloquee el relevo del PSOE del poder en la Junta, si el PP y Ciudadanos no aparcan la ley de violencia de género.
Yo puedo comprender que ponga sobre la mesa algunos cambios en el enfoque ideológico de la misma, pero considero muy peligroso utilizar políticamente la realidad del asesinato de mujeres, aunque tenga razón en que no se puede extender la presunción de culpabilidad contra todos los hombres, solo por el hecho de serlos.
En un tema tan sensible como este, VOX debe tener altura de miras e intentar cambiar la realidad desde el Parlamento andaluz, presentando proyectos de ley y utilizando su influencia en el nuevo Gobierno, que la va a tener, y mucha, para mejorar esta ley.
Para su futuro, mejor le vendría a VOX ser protagonista del cambio en Andalucía que empecinarse en posturas que, a largo plazo, no le van a traer réditos políticos, sino todo lo contrario.
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España Paloma Cervillael