Los vetos a Vox son méritos de guerra para Santiago Abascal, que cuenta en votos cada negativa a que pueda celebrar un acto electoral o le intenten amordazar para que no hable de algún tema polémico.
Si sus adversarios no quieren que esta formación polÃtica siga subiendo en votos, según todas las encuestas menos las de Tezanos y su asombroso CIS, deben de dejar suelto al lÃder de Vox y no tocarle las narices a sus votantes y simpatizantes.
Como ya adelantó ABC (aquà os dejo enlazada mi información por si alguien no pudo leerla) ayer en exclusiva, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha puesto todo tipo de obstáculos para que Santiago Abascal abra mañana la campaña electoral en Barcelona. Craso error, porque esta noticia no ha hecho más que herir el orgullo de unos votantes que ahora acudirán con más fuerza si cabe a votar. No se da cuenta la alcaldesa de que limitar la libertad de expresión polÃtica solo hace crecer el agravio.
Los de Abascal no se van a achantar y le van a plantar cara en Hospitalet de Llobregat. Ahà lo tienes Ada Colau, ¿no querÃas café? pues toma dos tazas.
Y a Colau le ha seguido el mismo dÃa TVE, que se ha negado a introducir el tema de la inmigración en el debate de los portavoces parlamentarios de mañana. Iván Espinosa de los Monteros ha cogido el guante y ya ha protestado diciendo que no entiende que se hable del cambio climático que solo interesa al 1,5% de los españoles y no de la inmigración, que preocupa al 15,6%.
No se dan cuenta de que al votante y simpatizante de Vox estas censuras le dan adrenalina y le empujan a situarse cada vez más cerca de los suyos, a los que la izquierda progre quiere orillar.
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