Ahora parece que antes de que llegaran los podemitas de Pablo Iglesias, a los que se les llena la boca de hablar de justicia social, en este país nadie se preocupaba de los más desfavorecidos. Que la derecha mala y perversa oprimía a los más pobres para beneficiar a los capitalistas y que los pobres estaban desprotegidos por parte de los gobernantes. Un discurso rancio, demagogo y que en nada se corresponde con la realidad.
Para desgracia de todos los ciudadanos, la pobreza existe y creo que a toda persona humana con un cierto grado de sensatez le gustaría que no fuera así y que todo el mundo tuviera lo imprescindible para vivir con dignidad. Quiero creer que todos los gobernantes, de derechas o de izquierdas, han gestionado mirando a esta clase social, a la que por dignidad hay que prestar una especial atención. Con mayor o menor acierto, así creo que ha sido en la historia de los últimos años de vida democrática en nuestro país.
Pero ha llegado esta izquierda radical y lo que vienen haciendo muchas organizaciones religiosas o no, lo convierten en un show. Y me refiero a la sesión fotográfica que se hizo la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en la cena de Nochebuena que el padre Ángel organizó para 200 sin techo en el Ayuntamiento de Madrid.
Eso, señora alcaldesa, como bien dice mi compañero de ABC Antonio Burgos, lo llevan haciendo, en silencio y sin fotos, desde hace muchos años las Hermanitas de los Pobres, los voluntarios de Cáritas y muchos grupos religiosos o no que se dedican a dar a su vida por los demás, e incluso muchos responsables políticos. No hace falta hacerse la foto. Yo le invitaría a darse una vuelta todos los días por los comedores sociales que cada día atienden a los sin techo, por las dependencias de Cáritas en las que se atienden las necesidades más perentorias de los que nada tienen. Por tantos y tantos sitios que no buscan notoriedad sino, sencillamente, ayudar a los demás.
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España Paloma Cervillael