Lo siento alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, las tradiciones no están para modernizarlas, ni para adaptarlas a los nuevos tiempos, sino para respetarlas, porque son eso, tradiciones. Y si no te gustan o políticamente no te convienen, lo mejor es suspenderlas, no montar un circo y un espectáculo mamarrachento de lo que siempre ha sido algo tan poco sectario como una Cabalgata de Reyes.
El espectáculo dantesco que montó la alcaldesa podemita en Madrid con la Cabalgata de Reyes es el fiel ejemplo de hasta dónde puede llegar el intento de manipulación ideológica del verdadero sentido de la noche más especial para todos los niños .
Los Reyes Magos son lo que son, y no voy a entrar en más consideraciones religiosas, que son obvias y conocidas por la mayoría de los lectores. Si a la alcaldesa no le gustan, o no cree en ellos, cosa que me merece todo el respeto, lo mejor que puede hacer, es suspender la Cabalgata, y asumir el coste político que puede tener entre los ciudadanos. Hay que ser valiente para llegar hasta el final con las creencias y no supeditarlas a los intereses políticos. Pero, claro, es más rentable electoralmente gastarse 535.540 euros en montar un carnaval que nada tiene que ver con la Cabalgata de Reyes, que decir que se suspende y se dedica este dinero a otros fines.
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