Si hay una selección en el Mundial que pueda presumir de rotación, esa es España. Aún con las bajas de Calderón y Pau Gasol, España cuenta con uno de los mejores equipos del campeonato, con hombres que jugarían como titulares en cualquier equipo europeo. El problema es que Scariolo, por razones que se me escapan, no está sacando todo el partido que debería de esa virtud, cargando en exceso a su cinco inicial.
Hay dos casos que me parecen especialmente dolorosos. Me refiero a Felipe «Gladiator» Reyes y a Fran «Frankenstein» Vázquez. Su trabajo a lo largo del campeonato está siendo notable. Sobre todo, en el caso del cordobés, que desde el inicio está rayando a gran altura. A Vázquez le costó un poco más, pero desde el partido contra Lituania, el gallego había encadenado 18 tiros de campo conseguidos sin fallo, según apuntó esa máquina de desvelar datos llamada Mr. Chip.
Contra Grecia, fueron de lo mejorcito, y aún así acabaron el choque con muy pocos minutos. Una obsesión de Scariolo, que desde luego, en este campeonato, no está acertando a la hora de hacer los cambios (y ojo que soy «Scariolista» a muerte y no sólo por la gomina). Las decisiones del técnico italiano le están pasando factura también a Raúl López, otro de los damnificados, cuyas actuaciones están superando, incluso, a un Ricky Rubio que no acaba de encontrarle el punto al campeonato.
Ante Serbia, con la que nos veremos las caras el miércoles, la rotación será más importante que nunca. Los balcánicos son otro de los equipos que más posibilidades y recambios tienen en el banquillo y Scariolo debería aprovechar el buen momento de «Gladiator» y «Frankenstein». Se lo han ganado.
Selección Española Emilio V. Escuderoel