Gonzalo Vázquez, uno de los gurús nacionales en esto del baloncesto, lo decía al finalizar el encuentro de España ante Rusia: “Cuando perder es la estrategia, se pierde todo”. Sus palabras venían a colación del debate nacional creado tras la derrota. El que saca a relucir la pregunta de si habría que dejarse ganar con Brasil en el último encuentro del grupo para evitar a Estados Unidos hasta una hipotética final.
¿Dejarse ganar? No creo que haya un solo deportista que reconozca que se ha dejado ganar. Ni siquiera las ocho jugadoras de bádminton que fueron expulsadas hace unos días de los Juegos por jugar deliberadamente a perder y evitar así un cruce complicado. Dejarse ganar es la antítesis del deporte, aunque en ello vaya un beneficio implícito. Mi duda es si en este caso lo hay. Me explico.
Para un equipo como el español, que lo ha ganado prácticamente todo (solo les falta el oro olímpico), la diferencia ya no debería estar entre la plata y el bronce. Ni siquiera, si me apuran, entre la medalla y el cuarto puesto. La diferencia para los Gasol, Navarro, Reyes y compañía está entre la gloria olímpica y el resto. La plata o el bronce es un consuelo menor, que no debería inquietar.
El problema es que ese consuelo se ha convertido ahora en el debate nacional, acuciado, quizá, por la sequía de medallas españolas en Londres. Digo yo, ¿si hay que ganar a Estados Unidos, qué mas da que sea en semifinales o en la final? ¿Qué se aseguraría la medalla? Sí, claro, pero llegados a ese hipotético escenario negativo de una posible derrota ante los americanos en semifinales, la selección volvería a ser favorita ante cualquier otro rival (incluido Rusia, verdugo español en los dos últimos partidos oficiales en los que se han visto las caras). El bronce, en otras palabras, estaría al alcance de la mano.
El escenario positivo, el de la victoria soñada contra los americanos, daría alas al equipo en la final, a la que, de paso, habrían llegado con su espíritu deportivo inmaculado. Ese que se han labrado durante la última década y que quedaría manchado de por vida con una derrota intencionada contra Brasil. Eso sería más grave. Perder es algo que les perseguiría durante toda la vida y total, ¿para qué? Para asegurar una medalla olímpica. ¿No es un precio demasiado caro?
Visto lo visto, además, en el encuentro de los estadounidenses contra Lituania (que los europeos han estado a punto de ganar), lo de verse las caras antes con Estados Unidos tampoco es tan desastroso. Toca dejar paso al sentido común. Al espíritu competitivo. El espíritu olímpico.
Opciones de España para los cruces:
– Si gana a Brasil sería segunda del grupo B. Eso implicaría verse las caras en cuartos con Francia o Argentina (serían estos si pierden contra Estados Unidos). El “problema” vendría en semifinales, donde esperaría Estados Unidos y todo lo que eso implica de quedarse fuera de la final y sin medallas.
– Si pierde contra Brasil, España sería tercera del grupo B, lo que llevaría a verse las caras contra Francia (lo lógico) u Argentina. Un cruce complicado, en el que una derrota le dejaría definitivamente fuera de las medallas. Si ganara, esperaría el ganador del Rusia-Lituania en lugar de Estados Unidos lo que tampoco aseguraría una final.
Otros temas Emilio V. Escuderoel