Esta noche juegan los Clippers en el Staples Center. Siete horas después, lo harán los Lakers. Dos partidos en un intervalo muy corto de tiempo, en el que el pabellón angelino muda su piel gracias al trabajo de casi 100 personas, que transforman la pista en apenas dos horas.
Del rojo al amarillo en unos minutos. Un milagro que se lleva a cabo después de cada uno de los partidos de NBA y que en días como hoy cobra mayor relevancia. En el Staples, como en otros muchos pabellones de Estados Unidos, la pista está preparada para albergar varios deportes en la misma temporada (incluso los mismos días). Eso ha desarrollado una habilidad especial para cambiar el aspecto de la cancha e, incluso, el tipo de suelo. Y es que, además del baloncesto, el pabellón de Los Ángeles esconde una pista de hielo en sus entrañas, que sale a la luz cuando juegan allí los Kings.
NBA Emilio V. Escuderoel