El día 9 de julio empezó la aventura de los «Beach Boys» en Miami. La unión de LeBron, Wade y Bosh para hacer frente a los Lakers y conseguir el anillo. Un megaproyecto que puso patas arriba el mercado de la NBA. Sólo unos meses después, los Heat son un equipo de la mitad de la tabla, con un balance discreto de 9-8 y, lo más importante, con muchas, muchas dudas a la espalda.
La primera y más importante, la de su entrenador, Erik Spoelstra. Este joven técnico (acaba de cumplir 40 años), llegó al staff técnico de Miami hace quince años como visionador de vídeos. Su ascenso dentro de la organización fue meteórico hasta que en abril de 2008 se convirtió en el sucesor de Pat Riley como entrenador jefe de los Heat. En su primera temporada completa, Spoelstra llevó a Miami a los play offs, donde cayeron frente a los Celtics en primera ronda. Un resultado que encendió las primeras dudas alrededor de su persona.
El reto de tener en sus manos al nuevo «Big Three» le ha puesto en el centro de las miradas. Ha pasado de conducir un utilitario de gama alta a un Ferrari Testarosa. No tenía margen de error y, por eso, en cuanto han llegado mal dadas, todos los focos se han vuelto contra él. Bueno, por eso y porque desde dentro del propio vestuario han llegado signos de incompatibilidad con el técnico.
Para muestra, un botón. La derrota del pasado fin de semana ante los Mavericks provocó un ataque de ira en LeBron James. En el tercer cuarto, tras encajar un parcial de 13-0, el alero de los Heat se cruzó de manera violenta con Spoelstra, que acababa de pedir tiempo muerto. La cara de resignación del técnico en el vídeo lo dice todo. Poco después, Arroyo y Joel Anthony intercambiaron duras palabras. Otra muestra más de la tensión que se vive en ese vestuario.
Tras el choque, mientras el entrenador estaba dando la rueda de prensa, los jugadores se reunieron a solas en el vestuario. Hubo conjura. «Era una reunión que necesitábamos. Un momento para que cada uno asumiera culpas y ofreciera soluciones», reconoció James. ¿Será este el punto de inflexión que necesitan los Heat? Sea como sea, lo cierto es que, a día de hoy, Spoelstra está más lejos que cerca del banquillo. En la prensa ya se habla de un posible recambio y el nombre de Pat Riley aparece como el primero en todas las quinielas.
Y en el horizonte, aparece el regreso de LeBron a Cleveland, donde le espera un ambiente durísimo. Si tras la decisión de abandonar la franquicia ya hubo incidentes en la ciudad, el próximo jueves, la visita de los Heat al Quicken Loans Arena puede ser histórica. Veremos si Spoelstra llega a sentarse en el banquillo ese día. Su cargo pende de un hilo.
NBA Emilio V. Escuderoel