Acaba la temporada y lo hace con un partido para la historia. Un encuentro que deja muchas dudas en ambos equipos y muchas imágenes para la historia. De la expulsión de Laso a la incredulidad de Xavi Pascual; de las lágrimas de Mejri a las de Navarro; del rostro de impotencia de Mirotic a la explosión del Palau.
La expulsión de Pablo Laso: la imagen del técnico, en silla de ruedas, abandonando la pista tras ser expulsado quedará grabada en la retina de los seguidores. «Es una vergüenza. Una puta vergüenza», repitió una y otra vez Laso, fuera de sí. Es cierto que la actuación de los árbitros fue para desquiciar a cualquiera, pero un entrenador del Real Madrid tiene saber buscar la mesura dentro de la tensión del momento. «Me sabe mal por dejar a mis dos ayudantes y equipo, pero no me arrepiento», asumió tras el encuentro, que dejó después de levantarse de la silla para ir a protestar a los colegiados una decisión polémica.
Las lágrimas de Mejri: después de una temporada complicada para él, el bajón físico de alguno de sus compañeros le abrió las puertas de la final. En el último partido, cuando estaba siendo uno de los mejores del equipo, se rompió y tuvo que abandonar el encuentro. La impotencia acumulada en ese momento se tradujo en unas lágrimas sinceras del tunecino, llamado a ser uno de los pilares en el futuro de este Real Madrid.
La incredulidad de Xavi Pascual: me pregunto qué pasó por la cabeza del técnico cuando vio volar el triple de Lampe y terminó entrando. El técnico, que durante meses ha tenido fuera del equipo al pívot polaco, ha encontrado la salvación precisamente en sus manos. Cosas del destino. Quizá le sirva en el futuro o quizá le sirva al propio Lampe, que durante meses sesteó en los entrenamientos y los partidos. Sea como fuere, el título se quedó en Barcelona de manera justa. Un Barcelona que fue mejor, que estuvo mejor y que aprovechó el bajón físico del Real Madrid.
La impotencia de Mirotic: en el que, seguramente, fue su último partido de blanco antes de partir a la NBA, el montenegrino tiró de casta para meter al equipo en el partido, pero acabó eliminado por faltas personales en una más que dudosa falta sobre Navarro que le dejó cara de incredulidad. Un momento que duró un segundo, pero en el que le dio tiempo a ver pasar por delante toda su carrera en el Real Madrid. Nunca pensó que su carrera de blanco fue a terminar así. Una lástima para uno de los mejores jugadores que ha pasado por el club blanco en los últimos tiempos.
ACB Emilio V. Escuderoel