Esta tarde comienza la temporada ACB con la disputa de la Supercopa, pero el foco del baloncesto nacional no está en Vitoria precisamente, sino en Cotonou.
Así, de primeras, la palabra suena más a programa de humor alternativo que a cualquier otra cosa. Para el profano en materia, el primer arranque consiste en buscar el vocablo en Google (¡Ay! ¿Qué harían nuestros padres en este caso?) para darse cuenta que Cotonou -o Cotonú en castellano- es el nombre por el que se conoce a la ciudad más importante de Benín, un país centroafricano bañado por el océano Atlántico.
Para encontrar la conexión de este remoto lugar con la ACB hay que remontarse al año 2000, cuando la Unión Europea y los 78 estados de África, del Caribe y el Pacífico (ACP) firmaron un Acuerdo comercial por el cual se “equiparaba” de alguna manera a los ciudadanos de estos países con los de la UE. Trasladado al mundo del deporte: un jugador del Congo podría no ocupar plaza de extracomunitario.
Lo que en un principio se convirtió en una excepción ha tomado tintes casi dramáticos en los últimos tiempos, en los que algunos Gobiernos de estos países han comenzado a expedir pasaportes con la misma facilidad con la que llegan extranjeros a la ACB. El asunto no iría más allá si esos jugadores “cotonou” fueran de verdad originarios de esos países africanos o del caribe y no nacionalizados de conveniencia que, en muchos casos, ni han pisado el país en cuestión ni tienen pensado hacerlo.
La publicación de las plantillas definitivas de los equipos que van a participar en la Supercopa Endesa volvió a poner de relieve este problema. Colton Iverson, estadounidense de origen irlandés recién fichado por el Caja Laboral, o KC Rivers, del Real Madrid, jugarán esa competición bajo el manto Cotonou que les proporciona ser nuevos ciudadanos de Guinea Bissau, país que, quién sabe, igual ni siquiera saben situar en el mapa.
Alfonso Reyes, presidente de la ABP, se queja amargamente de esta situación en una entrevista publicada hoy en Zoomnews y advierte del peligro de que cada vez haya más jugadores importados en la ACB, donde apenas poco más de un tercio son españoles. Los clubes, por el contrario, se empeñan en buscar más allá lo que no encuentran en casa. En muchos casos, a precio de saldo y con la facilidad implícita de la tramitación exprés del pasaporte. Un dilema que tiene en vilo la ACB y que ha repuntado esta temporada.
*Firma foto: Baskonia (Facebook)
ACB Emilio V. Escuderoel