Estando en Andorra, el país de la nieve a dos pasos de casa, nos puede asaltar una terrible duda. Los que no nos gusta, no queremos o no sabemos esquiar (cada cosa por separado o las tres juntas) ¿qué podemos hacer en Andorra? Pues ni yo mismo me lo imaginaba. El Principado tiene mucho que ofrecer además del esquí.
Para empezar, Andorra tiene atractivos para todos los miembros de la familia. Del más grande al más pequeño. Estos días navideños las siete parroquias andorranas (que así se llaman sus municipios) han programado una serie de actividades que van de los concursos de pesebres a los mercados navideños como los de La Massana, Ordino y Andorra la Vella.
Y es que aquí casi siempre están las compras de fondo. Andorra cuenta con más de 1.200 establecimientos para hacer shopping en los que se pueden adquirir desde las últimas tendencias en moda hasta las novedades en tecnología. Además, en Navidad las tiendas sólo cierran el 25 de diciembre y el 1 de enero y el horario de apertura se prolonga hasta las 22 horas.
Las firmas internacionales más prestigiosas se concentran las calles como Meritxell en Andorra la Vella, y Carlemany en Escaldes-Engordany. Los artículos de lujo (incluidos los clásicos alcohol y tabaco) y los productos más exclusivos pueden adquirirse en tiendas como Gallery, Pollyana o el centro comercial Pyrénées, que incluso ofrece servicio de “personal shopper”, una persona que nos asesorará en los productos y las tiendas que más pueden interesarnos.
Porque en la montaña nevada se pueden hacer muchas otras cosas que no sea calzarse los esquíes. En Vallnord, por ejemplo, están teniendo mucho éxito esta temporada nuevas y diferentes formas de moverse por la nieve. El trikke skki, es una especie de patinete con tres palas incorporadas, lo que nos permite mantener el equilibrio por muy patosos que seamos. Podríamos llamarlo el triciclo de la nieve. El ski bike, o bicicleta de nieve, es muy parecido pero con solo dos palas, una especie de híbrido entre la bicicleta convencional y los esquíes. Deportes perfectamente planificados en el sector de Arinsal de Vallnord.
Pero mi actividad preferida y que acabo de descubrir es el mushing. Simplificando podría decir que el mushing es el trineo tirado por perros, pero hay otras variedades en las estaciones de Gandvalira y Vallnord. Ideal para practicar en familia y siempre bajo control de profesionales. En su variedad nocturna roza momentos sublimes en la interacción entre las personas y los animales.
Para los más arriesgados que quieran pasar un buen rato con los amigos está el laser combat (guerrilla con armas laser) una especie de videojuego en carne y hueso, y el paintball (que consiste en ponerse perdidos lanzando cápsulas de pintura). El Palau de Gel (Palacio de Hielo) también ofrece laser combat en la pista de hielo.
Motos de nieve, paseos con raquetas, construcción de iglús… completan esta atractiva oferta que siempre debe de ser rematada con una experiencia gastronómica en los muchos y buenos restaurantes de Andorra, cuya cocina de montaña, elaborada con productos de primera calidad, es una mezcla de cocina española y francesa con interesantes aportaciones locales.
De entre todos los restaurantes he elegido para esta breve reseña un clásico, El Roc de les Bruixes, en Grandvalira. Cocina de fusión de altura, no solo por su calidad, sino también porque el local se encuentra a 2.000 metros. Para llegar utilizaremos un telecabina. Si es por la noche, la pista de esquí a nuestros pies está señalizada con antorchas. ¡Fantástico!
Pie de foto: Mushing (trineo de perros) y el restaurante El Roc de les Bruixes en Grandvalira
Escapadas F. Pastranoel