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Voyager 1, último adiós al Sistema Solar

José Manuel Nieves el

Se podría decir, sin miedo a equivocarse, que la Voyager 1 es la misión espacial más exitosa de todos los tiempos. Lanzada en 1977, ha visitado Júpiter y Saturno, obteniendo las primeras imágenes detalladas jamás vistas de esos mundos lejanos, mientras que su gemela, la Voyager 2, llegaba hasta las órbitas de Neptuno y Urano, donde se encuentra actualmente. Pero no se detuvo allí. El largo viaje de la Voyager 1 la ha llevado ya hasta la mismísima frontera del Sistema Solar. Y la exitosa nave acaba de cumplir otro hito: se encuentra tan lejos de nosotros que está ya fuera del alcance del viento solar.

El viento solar es un flujo contínuo de partículas cargadas que el Sol emite en todas direcciones, formando una “burbuja” (llamada heliosfera), que envuelve todo el Sistema Solar. Esas partículas, que viajan a cientos de km. por segundo, se ralentizan, sin embargo, cuando llegan a la lejanísima zona que los astrónomos conocen como heliopausa, el lugar donde la radiación solar se encuentra con la que procede de otras estrellas. Es allí donde el viento solar se detiene, creando los “bordes” de esa “burbuja” esférica que envuelve por completo nuestro sistema planetario.

Hace ya años (desde 2004) que la sonda de la NASA entró en esa remota región, pero no ha sido hasa ahora cuando los científicos han podido estar completamente seguros de que el viento solar ha cesado por completo. Ya nada empuja a la Voyager 1. La nave está a punto, dice la NASA, de entrar en el vasto y desconocido espacio interestelar.

Sin embargo, y a pesar de lo que pueda parecer, tampoco el espacio entre estrellas está completamente vacío. En él existe, en efecto, un gas muy frío y tenue que los astrónomos llaman “medio interestelar“. La primera vez que los investigadores constataron que, alrededor de la sonda, la velocidad del viento solar era igual a cero, fue durante el pasado mes de junio. Sin embargo, en la zona de transición suele haber fluctuaciones, ya que los límites de la burbuja solar no son uniformes. Por eso han esperado hasta ahora para realizar el anuncio.

La sonda de la NASA, que se desplaza a unos 60.000 km por hora, está, pues, dejando atrás la heliosfera y adentrándose en el vasto espacio interestelar. Desde su lejana posición, el Sol es apenas un punto muy brillante en el firmamento.

Sobrecoje pensar que esta nave fue lanzada cuando aún no existía la informática personal, ni los teléfonos móviles, ni internet. En apenas dos o tres años, dice la NASA, la Voyager 1 habrá abandonado completamente el nido, dejando atrás para siempre el sistema solar en el que nacieron y evolucionaron los hombres que la construyeron.

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José Manuel Nieves el

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