Anthelme Voituret vio aparecer lo que parecía una estrella justo debajo de la cabeza de la constelación del Cisne. Hasta ahora, los astrónomos no han sabido qué fue lo que vio en realidad.
Hace casi 350 años, durante la noche del 20 de Junio de 1670, el monje cartujo francés Anthelme Voituret se entregaba de lleno a su afición favorita: observar el cielo. Pero ese día no fueron estrellas variables lo que vio, ni tampoco cometas. En lugar de eso, fue testigo de un raro fenómeno astronómico que, apenas un mes después, el 25 de julio de ese mismo año, también fue observado por el astrónomo polaco Johannes Hevelius, el primero que cartografió la Luna.
Desde entonces, las descripciones dejadas por ambos científicos han traido de cabeza a astrónomos de todo el mundo. ¿La razón? No coinciden con ningún fenómeno astronómico conocido por la Ciencia. Durante más de tres siglos, los astrónomos han tratado, sin éxito, de resolver el misterio: ¿Qué fue exactamente lo que observaron los dos astrónomos cuando vieron aparecer de la nada una estrella justo debajo de la cabeza de la constelación del Cisne?
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