Buscar a los que nos están buscando. Esa es la idea central de un estudio llevado a cabo por un investigador de la Universidad de Manchester que propone una novedosa estrategia, basada en la llamada «teoría de juegos», para incrementar las posibilidades de hallar civilizaciones extraterrestres. El trabajo, realizado por el astrofísico Eamonn Kerins, del Observatorio Jodrell Bank de la Universidad de Manchester, se acaba de publicar en The Astronomical Journal.
Los actuales programas de búsqueda del SETI, Instituto cuya labor se centra en encontrar civilizaciones «ahí fuera», suelen tener dos enfoques: El primero es «barrer» una gran área de cielo con la esperanza de captar, en algún lugar, una señal que indique la presencia de seres inteligentes. El método tiene el inconveniente de que genera muy rápidamente un enorme volumen de datos entre los que resulta muy difícil encontrar lo que se está buscando. El segundo se basa en una «búsqueda dirigida», centrada en sistemas estelares específicos en los que se sabe que podría haber planetas capaces de albergar vida. El riesgo, claro, es dedicar muchos recursos a pocos candidatos, en los que podría, como de hecho sucede, no encontrarse nada.
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Ciencia