Las alineaciones planetarias y su supuesta influencia en nuestras vidas no es algo que suela figurar entre las preferencias de los científicos. Muy al contrario, el tema suele quedarse en el terreno de la Astrología (a no confundir con la Astronomía), más propio de los horóscopos que de los artículos de investigación. Pero ahora resulta que esas alineaciones, después de todo, podrían ser más importantes de lo que se pensaba. Por lo menos en lo que respecta al Sol y a su actividad, de la que depende en gran medida la vida sobre la Tierra.
Sabemos que el Sol sigue un ciclo de 11 años, durante el que pasa alternativamente de su actividad máxima a la mínima, y ahora un estudio llevado a cabo por investigadores alemanes sugiere que ese ciclo podría depender de la alineación de Venus con la Tierra y Júpiter. Algo que, quizá no casualmente, también sucede cada 11 años.
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Ciencia