Desde hace ya semanas, se habla continuamente de la necesidad de hacer test masivos a la población (o por lo menos a una muestra representativa de ella) para averiguar el verdadero alcance de la pandemia de coronavirus. Los casos “ocultos”, personas que tienen el virus pero que no manifiestan síntomas, impiden a los responsables sanitarios y políticos tomar las decisiones correctas en cada momento. No saber qué porcentaje de la población está realmente infectado es como conducir a ciegas por una autopista . Y para eso precisamente están los test. Pero no hay un único tipo de test, sino que los hay de varias clases, y cada uno de ellos tiene una efectividad y un cometido diferentes.
Durante una infección, el virus se multiplica de forma muy activa. Y podemos detectar su presencia de varias formas distintas: bien directamente, como hacen los ya famosos test PCR, o bien de forma indirecta, buscando las proteínas con las que el virus infecta a las células y que delatan su presencia o las defensas naturales que genera nuestro cuerpo para resistirse a la infección. Se trata de los llamados test inmunológicos y test serológicos.
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Ciencia