No deja de resultar asombroso que, en cierto modo, el mapa a gran escala del Universo se parezca a uno de carreteras. Enormes y bulliciosos núcleos repletos de galaxias brillan en los cruces de largas autopistas siderales, como inmensas ciudades iluminadas unidas por una compleja red de caminos de gas, más allá de los cuales solo existe la oscuridad del espacio.
Es lo que se ha denominado la «telaraña cósmica», y los astrónomos creen que se trata de un vestigio del Universo temprano, cuando inmensas nubes de gas se fueron haciendo cada vez más densas debido a su propia gravedad y a medida que iban atrayendo más y más materia hacia ellas. Hoy en día, esos cúmulos de galaxias (las «ciudades» iluminadas en el mapa) son las mayores estructuras conocidas en todo el Universo, cada una de ellas formada por cientos, o miles, de galaxias individuales y billones de estrellas.
Los cúmulos galácticos, lógicamente, resultan bastante fáciles de ver con los telescopios. Pero las largas y delgadas «carreteras» que los unen, tenues filamentos de gas, son mucho más difíciles de detectar. Y eso es precisamente lo que ha conseguido un equipo internacional de astrónomos utilizando un poderoso telescopio de rayos X: tomar una de las imágenes más claras que existen de uno de esos filamentos, o por lo menos de uno de los fragmentos más largos que se conocen hasta ahora. El logro se acaba de publicar en Astronomy & Astrophysics.
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