Resulta difícil de creer pero en Mercurio, el planeta más cercano al Sol, hay hielo. Y ello a pesar de que las temperaturas diurnas alcanzan los 400 grados centígrados. Pero ahora un equipo de investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia ha rizado el rizo de lo increíble al descubrir que parte de ese hielo se produce y se mantiene precisamente gracias a ese calor. En otras palabras, Mercurio está fabricando una parte de su propio hielo. El hallazgo se publicará próximamente en «Astrophysical Journal Letters».
Igual que sucedió en la Tierra, cometas y asteroides suministraron a Mercurio la mayor parte de sus reservas de agua. Y se sabe que parte de esa agua logra mantenerse en forma de hielo en el fondo de cráteres polares donde nunca llega la luz del Sol y en los que el extremo calor del día se combina con temperaturas nocturnas de hasta menos 200 grados. Los científicos sostienen que es ahí, en esos cráteres oscuros, donde el planeta no solo guarda, sino que fabrica hielo.
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Ciencia