El área central de los cromosomas, llamada centrómero, contiene ADN que ha conseguido sobrevivir sin cambios durante cientos de miles de años – Charles y Sasha Langley
En el interior los centrómeros, los aún poco conocidos núcleos centrales de nuestros cromosomas, un equipo de investigadores de las Universidades de California en Davis y Santa Cruz, y del Lawrence Berkeley Laboratory, acaban de hacer un descubrimiento excepcional: grandes fragmentos de ADN neandertal y, lo más intrigante, también de otras antiguas especies de homíninos aún desconocidas para nosotros. El hallazgo se acaba de publicar en la revista eLife.
Los centrómetros se encuentran justo en medio de los cromosomas. En la clásica imagen de los libros de Biología, constituyen su punto más estrecho, justo donde las aspas de la “x” se juntan. Tienen la misión de servir de anclaje para las fibras que separan los cromosomas cuando las células se dividen, por lo que son de la máxima importancia a la hora de comprender lo que sucede cuando la división celular falla, provocando cáncer o defectos genéticos.
El ADN de los centrómetros contiene, además, montones de secuencias genéticas, muchas de ellas repetidas y colocadas sin un orden aparente, motivo por el cual los científicos no han conseguido aún mapear esa parte de nuestro genoma con precisión.
“Son el corazón oscuro del genoma -bromea Charles Langley, autor principal del estudio-. Siempre les decimos a los estudiantes que no vayan allí”.
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