Como lo prometido es deuda, vamos a comenzar a hacernos eco en este humilde reducto que es Música para la NASA de bandas, artistas y cantantes actuales, ahora que llevamos casi un año (el jueves que viene estamos de cumpleaños) lanzando al espacio exterior lo mejor de nuestra música. Hasta ahora lo normal al abrir el blog haya sido encontrarse con clásicos o canciones eternas. Cabe censurar en la selección cierto descuido al tiempo que nos ha tocado vivir, a “los cantantes de nuestro almanaque” si se me permite la expresión. Para remediarlo, abro una sección nueva, Hacedores de melodías, con alguna de la música que según mi criterio nos situaría hoy “a la altura de los tiempos” y que con un margen de error aceptable podemos calcular que dentro de unos años pueda ser recordada y reivindicada como lo mejor de este tiempo.
Para inaugurar la sección contamos con un grupo de Murcia, España, llamado Neuman -en activo y creciendo como grupo desde 2010- y su flamante nuevo disco, cuyo título remite al famoso poema “If” que Kipling nunca escribió. Se trata de una cuidadísima producción en manos de Paco Loco en el Puerto de Santa María, implicado de manera muy especial en el disco, que acaba de ver la luz el 6 de mayo en el sello Subterfuge, editora ejemplar que celebra sus veinticinco años en la escena y por la que han pasado desde Australian Blonde hasta Dover.
Este IF de Neuman es un disco con vocación de vender, de llenar estadios, de ser coreado bajo una tormenta de verano, como en “Tell You”; de acompañar muchos viajes por carretera, como “Turn It”, la que abre el disco, o “Battle Starship” y su emocionante final; de hacerte asomar a la ventana para ver una nueva primavera, como en “A Branch in a Forest Full of Love”, creyendo haber sido transportado a un barrio de Portland donde estás tomando unas birras con Ray Davies. Hay otras más intimistas, complejas estructuras circulares que juegan a encontrarse con el espíritu de Jeff Buckley, nada menos, en las profundidades del río. Es el caso de “If”, la que da nombre al disco. Un disco ante el que es prudente contenerse para no emborronar el papel con hipérboles y dejar que sean los oídos los que escuchen la voz y las nuevas composiciones de Neuman con detenimiento, unas cuantas veces. El disco entero lo merece, por su riqueza en matices y su cuidado sonido. Hay temas, atención, que superan los ocho minutos, una osadía en un disco actual de rock and roll que tiene (a su manera) vocación comercial. Mi favorita, la que lanzaría al espacio, sería la segunda de IF, “Oh No”, una canción de esas que siempre me han hecho dudar si la creación es tal o si no es más que descubrimiento de algo que siempre ha estado ahí, pero que nadie había llegado a tocar todavía, como una partitura perdida en un polvoriento cajón de una discográfica.
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