Norman Cook es uno de esos espíritus inquietos que en esto del pop solamente parecen poder darse en las islas británicas. Su hiperactividad le llevó de tocar el bajo y cantar a capella con los singulares The Housemartins, la única banda capaz de encajarle cuatro goles desde la costera Hull a la poderosa capital londinense, continuar con Beats International sumergiéndose en las aguas pantanosas del dub, proseguir con fascinantes aventuras de soul y funk elegante bajo el nombre de Freak Power, y terminar convirtiéndose, encarnado esta vez en Fat Boy Slim, en el dj y remezclador más popular de todos los tiempos.
Norman Cook se enamoró en 1998 de una canción que acababa de publicar Tjinder Singh, el líder del grupo Cornershop, en su LP When I Was Born For The 7th Time. La versión normal del disco tiene cierto potencial para la pista de baile, pero se queda floja.
Lo que hizo Norman Cook fue deconstruirla, parcelarla, subrayar determinados elementos y jugar con las pistas en la mesa de mezclas de una forma muy orgánica, de manera que la canción cobra una energía y una aceleración supersónica sin necesidad apenas de subir el pitch de las rpm, las revoluciones por minuto.
El efecto es de cama elástica, el suelo se vuelve móvil y los pies se impulsan hacia arriba sin redención posible. Déjense llevar por el impulso de la canción, y cuidado con golpearse con el techo. Los que son altos dicen que cuando te pasa eso, duele.