Las grabaciones en vivo pocas veces tienen un carácter sagrado dentro de la discografía de los artistas de música pop. Está el concierto de Sam Cooke en el Harlem Square Club en el 63, el de Elvis Presley vía satélite Aloha From Hawaii del 73, el de los Allman Brothers Band en el Fillmore East del 71… la lista es larga, pero no es lo más frecuente. Otros artistas, por contra, reniegan incluso del directo, ahí está el ejemplo de Steely Dan o de J. J. Cale, con grabaciones hechas a hurtadillas sin consentimiento de los músicos.
Dire Straits acertaron con la publicación de los dos conciertos que dieron en el Hammersmith Odeon londinense el 22 y 23 de julio de 1983. La banda original, formada en 1977, hacía tiempo que había sido disuelta, tras la salida de David Knopfler, el hermano pequeño de Mark, y del batería Pick Withers, reemplazados por Hal Lindes a la guitarra y Terry Williams a la batería. El único superviviente de la banda original fundada por Mark Knopfler seguía siendo el bajista John Illsley. El grupo quedaba completo con el teclista Alan Clark.
“Sultans of Swing” es una de las primeras composiciones de Mark Knopfler, presente en las demos que el recién formado grupo había grabado y que tuvieron la fortuna de caer en las manos de Charlie Gillett, quien dio a la banda el primer empujón en sus comienzos.
Inicialmente publicada como single, supuso una especie de big bang en el rock & roll, incorporando a los primeros puestos de las listas dos elementos que difícilmente casan con el éxito de ventas: la melancolía y los virtuosos solos de guitarra.
Cuesta saber cuál es el secreto de Mark Knopfler, qué es lo que le hace estar a tanta distancia del resto de guitarristas en popularidad y prestigio. Acaso no haya que intentar explicarlo todo y baste con escuchar el segundo solo de guitarra -minuto 7-, de esa Fender tantas veces comprada con la promesa de “yo voy a hacer eso también” por miles de jóvenes de todo el planeta, y sentir inmediatamente cómo se te eriza el vello sin poder evitarlo.
Tal crecendo de electricidad hace imaginar que si tuvo música el big bang, esa supuesta explosión inicial de desplazamiento de partículas en todas direcciones, Dire Straits dio con ella en la coda final de “Sultans of Swing” en directo.
Mark Knopfler sigue haciendo música, su último Lp, Privateering data de finales del 2012. El muchacho encorvado de Glasgow, el segundo héroe de la ciudad escocesa detrás del irrepetible Rod Stewart, hace tiempo que dejó de emular a Eric Clapton y a Chet Atkins. Ahora toca con ellos.