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Blogs Las aventuras de una madre primeriza por Teresa Zafra

Cinco cosas que no debes hacer delante de la madre de un recién nacido

Teresa Zafra el

La entrada de hoy no está dirigida a madres, ni a futuras madres ni tampoco a padres, pero creo que puede hacerle un favor importante a todos ellos. Si sois o váis a ser pronto papá recientes, os recomiendo leer la entrada y enviarla a aquellos que, desde el cariño, claro está, puedan necesitarla.

Como dice el título de la entrada, os cuento, desde mi experiencia, aquellas cosas que los padres no necesitamos vivir durante los primeros días de vida de nuestros hijos y como, con un poco de sentido común, podemos ayudar a evitarlas. Ahí van mis cinco puntos fundamentales. Como siempre, tenéis el espacio de comentarios para añadir más:

  1. Contar batallitas personales, sobre todo las que recuerdan cuando tú, el invitado, eras un bebé o cuando los tuviste, especialmente si hace ya muchos años. Hay que centrarse en lo posible en el recién nacido, en el presente, el ahora. No vale recomendar a la madre los baberos que comprabas en Prenatal para tus hijos (sobre todo si todos tus hijos tienen más de treinta años) o contar a la madre que el primer día después de dar a luz es normal encontrarse más o menos bien, pero que en tres días va a ver lo mal que se pasa y lo mucho que le van a doler los puntos. Por descontado, tampoco podemos decir que el bebé de fulanita salió mucho más lozano, que a dicha fulanita no le tuvieron que dar ni la mitad de puntos que a la madre que estamos visitando ni que además fulanita estaba sola en la habitación del hospital y no había que aguantar a los compañeros tan ruidosos que os han  tocado. Amargar unos días tan especiales con comentarios poco apropiados no es de recibo.
  2. Utilizar a los padres primerizos para liberar tu casa de cosas que no quieres pero que te da pena tirar al contenedor o regalar a desconocidos. Regalar lo que tú nunca usarías no es ético, ni lo que está viejo, lo que ya no se lleva o cualquier cosa a la que los padres del bebé no hayan dado su visto bueno. Como norma, una buena práctica es regalar lo que tú utilizarías de nuevo si tuvieras ahora otro bebé, y, sobre eso, consultar antes de llevar. El resto, a Cáritas, si aún se puede usar o tiene arreglo, o directamente a reciclaje.
  3. Lo mismo podemos aplicarlo a los regalos comprados. No sirve comprar lo que te apetezca, es  de persona prudente preguntar qué necesitan realmente y, si te vieses obligado a comprar algo sin preguntar, piensa en qué les gustaría a los padres, no a ti, y, sobre todo y siempre, pide ticket regalo para que puedan devolverlo si lo tienen o no les gusta. Como norma general está bien apuntarse no comprar peluches que superen el tamaño, sino del bebé, al menos de sus padres.

 

4.No ocupes un lugar que no te corresponde. Es decir, tienes excusa para ser muy pesado si eres abuelo o abuela primerizo, querrás estar con el bebé el mayor tiempo posible y los padres tendrán por un lado comprensión y por otro, confianza para echarte si necesitan estar solos. Cuanto más nos alejemos en el árbol genealógico, menos tiempo debemos estar de visita. Si llamamos antes de ir, mucho mejor: las madres tienen horas de visita médica, de ducha, de comida, y de dar de comer al bebé. Tampoco hay que pasarse con lo de no visitar, igual de malo es tener la habitación permanentemente atestada que no recibir apenas visitas y sentir que no interesas a nadie. Mi consejo, si no eres familia muy cercana (y si lo eres en realidad también) es llamar antes de ir, estar poco rato, ser silencioso y ofrecerte para ayudar en algo, como llevarte alguna bolsa de regalos, acompañar al padre a cenar o traer algo que necesiten los padres o el bebé.

5. Sacar parecidos sin mirar al bebé. Si habéis sido padres sabéis que el 70% de la gente lo hace: te dice que se parece al padre si es familiar o amigo por parte de padre y al contrario, o sencillamente se inventa el parecido que más le apetece en ese momento. Probablemente si vuelves a verlos no recuerden lo que te dijeron y te digan lo contrario. Os doy un consejo: no os inventéis parecidos porque no es necesario, nadie os ha preguntado. Si aún así no os podéis resistir, os doy un consejo con el que triunfar seguro, que es cosecha de Luciano, el padre de nuestra amiga Rocío: “Cuando vayas a visitar a un bebé que acaba de nacer, tu di siempre que se parece al padre, porque de la madre ya sabemos todos que es, y el padre así se queda la mar de tranquilo”. Lo dicho, éxito seguro.

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Teresa Zafra el

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