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La compleja relación con el “Gran Amigo Obiang”

Luis Ayllón el

Desde que se produjo su independencia en1968, la relación de España con Guinea Ecuatorial ha sido siempre bastante compleja y el descubrimiento de importantes yacimientos petrolíferos en ese país no ha hecho más que complicarlas. España no ha sido capaz de  hacer valer su condición de antigua potencia colonial, para acompañar a Guinea Ecuatorial en la explotación de esos recursos y en el desarrollo que debería conllevar la nueva situación. Otros países, como Francia o Estados Unidos se adelantaron.

 

 

Tampoco la relación política se ha consolidado. Los vaivenes de los distintos Gobiernos españoles han contribuido a ello, aunque, es obvio, que el principal problema hay que buscarlo en Malabo. El presidente Teodoro Obiang elimina sin miramientos cualquier discrepancia interna, con un desprecio absoluto de los derechos humanos. Mientras, sigue gobernando el país como si se tratara de un cortijo, en el que las sustanciosas prebendas que proporciona el petróleo, se reparten entre sus hijos, familiares y miembros del clan de Mongomo.

 

 

Más aún, cualquiera que pretenda hacer negocios en Guinea Ecuatorial debe saber que puede encontrarse fácilmente con un sistema en el que la corrupción esta a la orden del día, como desvela un reciente reportaje de José María Irujo en El País.

 

 

En esa situación, resultan sorprendentes los frecuentes viajes de algunos ex ministros socialistas, como Miguel Ángel Moratinos o José Bono, a Guinea Ecuatorial, movidos, según apuntan todos los indicios, por un afán de hacer negocios. Mucho más, cuando, como en el caso del ex titular de Asuntos Exteriores, se participa en un acto celebrado para ensalzar las cualidades del “Gran amigo Obiang”.

 

 

durante su paso por el Ministerio, una política de acercamiento al régimen, que no arrojó los resultados que esperaba. Obiang no cumplió sus promesas de transparencia en las elecciones ni facilitó la presencia de empresas españolas para llevar a cabo los proyectos de desarrollo del país.

 

 

Obiang ha renovado sus intentos, pero se ha encontrado con bastante frialdad. Su ministro de Exteriores, Agapito Mba Mokuy, estuvo hace cuatro meses en España y ni siquiera llegó a almorzar con su colega español, José Manuel García-Margallo, como se había previsto. Los guineanos quieren que alguna alta autoridad española visite el país y dejan caer ante los empresarios españoles que si alguien de la Casa Real o el presidente del Gobierno fueran por allí, las cosas irían mucho mejor. El Ejecutivo español no parece muy decidido a dar una respuesta afirmativa y por el momento, el único alto cargo que ha viajado a Malabo, ha sido Alberto Virilla, director de Cooperación con África y Asia de la Agencia Española de Cooperación Internacional. No gustan las actitudes del Gobierno ecuatoguineano con los empresarios españoles y tampoco se ve que haya paso democratizadores en el régimen. Así que, por el momento, se ha optado por no mover demasiado el dossier de Guinea Ecuatorial.

Guinea Ecuatorial
Luis Ayllón el

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