El Gobierno, y de manera especial el Ministerio de Asuntos Exteriores, viene preparando durante las últimas semanas la presencia de España en el Consejo de Seguridad de la ONU, del que formará parte, como miembro no permanente, a partir del 1 de enero de 2015 durante los próximos dos años. El Ejecutivo es consciente de que la pertenencia al órgano decisorio de Naciones Unidas, le dará, junto a una mayor responsabilidad en el concierto internacional, también una privilegiada interlocución con otros países.
El viernes pasado, Mariano Rajoy convocó una reunión del Consejo de Política Exterior, la primera desde que entró en vigor de la Ley de Acción Exterior y del Servicio Exterior del Estado. El Consejo Ejecutivo de Política Exterior, que preside la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría se ha reunido ya en un par de ocasiones, con participación de representantes de los distintos Ministerios, normalmente a nivel de subsecretarios, para tomar decisiones más de gestión y menos políticas.
EL Consejo de Política Exterior lo forman el jefe del Ejecutivo y todos sus ministros, a los que se une también el director del Gabinete del presidente, Jorge Moragas, y el director del departamento de Internacional de la Presidencia, Ildefonso Castro, que actúa como secretario.
En la sesión del viernes, el titular de Exteriores, José Manuel García-Margallo, fue el encargado de realizar la exposición de los asuntos con los que tendrá que lidiar España en los próximos meses. Entre estos se encuentra la situación en Libia, una cuestión en el que España puede desempeñar un papel relevante, incluso antes de incorporarse al Consejo de Seguridad. Nuestro país está apoyando los esfuerzos del enviado especial de Naciones Unidas para Libia, el español Bernardino León, para tratar de que se pueda convocar una segunda Conferencia de Madrid, el próximo día 17, en la que participarían una quincena de países, entre ellos Estados Unidos, que se reunieron a finales de septiembre en Nueva York.
Otros asuntos de los que España tendrá que ocuparse en 2015 son los relativos a la lucha contra el terrorismo yihadista, que se manifiesta especialmente en Irak y Siria, pero que está comenzando a extenderse a Libia. Igualmente, tratará sobre el proceso de paz en Oriente Próximo o sobre la crisis ucraniana, sin olvidar clásicos como el Sáhara Occidental.
Todo ello hará que la agenda de García-Margallo y de otros altos cargos de su departamento vaya a verse repleta de desplazamientos y citas internacionales en distintas zonas del mundo. Para apoyar esa tarea, se creará en el Ministerio de Asuntos Exteriores una nueva Dirección General de Naciones Unidas, de la que se hará cargo el diplomático Francisco Javier Sanabria, que se encontraba destinado en la Representación Permanente de España ante la ONU.
EspañaNaciones Unidas