Moratinos y la “quasi” Embajada de Palestina
Para Miguel Ángel Moratinos Oriente Próximo no es un conflicto más del que hay que ocuparse desde la cartera de Asuntos Exteriores. Es verdad que no se puede decir lo que se decía con Fernando Castiella sobre Gibraltar, que era el “ministro del asunto exterior”, pero Moratinos tiene una querencia especial hacia aquella zona, que le ha ocupado mucho tiempo,como enviado especial de la UE y como ministro español.
Ahora, Moratinos acaba de volver de la región, donde le han hecho doctor honoris causa por la Universidad palestina Al-Quds, situada en las afueras de Jerusalén, sólo unos meses después de que lo hiciera también la Universidad Ben Gurión del Neguev, en la ciudad israelí de Beer Sheva. Pese a ese aparente equilibrio, Moratinos tiene fama de ser propalestino y él intenta quitarse el sambenito, sin mucho éxito por cierto.
Pero además del doctorado, la gira del ministro, en la que se ha visto también con las autoridades israelíes, ha dejado la noticia del anuncio de que España elevará el rango de la representación diplomática de palestina en nuestro país. Se lo ha dicho al presidente de la Autoridad Nacional palestina, Mahmud Abbas, aunque tenía previsto anunciarlo en una conferencia de ministros españoles y palestinos que pretendía celebrar en julio en Madrid y que se ha pospuesto para después del verano.
La “Delegación General” se convertirá en una “Misión”, que no alcanza a ser una “Embajada”, pero que permitirá llamar al máximo representante palestino en España algo así como “embajador delegado general”. Más o menos lo que ha hecho Francia, en una medida, que, seguramente, no agradará a los israelíes, pero que Madrid y París, que están actuando conjuntamente en este asunto, ponen en marcha con la idea de apoyar el plan del primer ministro israelí, Salam Fayad para establecer un Estado palestino en agosto de 2011.
El Gobierno, y especialmente Moratinos, que manifiesta un optimismo inquebrantable sobre el futuro de la región, confía en que para entonces las negociaciones ahora indirectas con los israelíes, hayan avanzado lo suficiente para que eso se pueda hacer y para que España pueda reconocer a ese nuevo estado, estableciendo relaciones diplomáticas con él.
La fecha no es aleatoria, porque, más tarde, Estados Unidos, el principal actor externo a la región estará ya inmerso en un nuevo proceso electoral, y será difícil que Barack Obama pueda ocuparse del asunto sin ningún condicionamiento.
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