Lauren Santo Domingo, Lauren Davis hasta su boda con el tío de Tatiana Santo Domingo hace varios años, es parte crucial de la empresa MODA OPERANDI, una buena idea que en los últimos meses ha estado sembrada de problemas internos entre socias y directivas.
Lauren, con tantos conocimientos de empresa como yo de física cuántica, vivía felizmente perdiendo el tiempo en Vogue, como hija del propietario del grupo Perrier. Aunque nunca se había matado a trabajar, desde que se casó con su millonario colombiano pasa el día entre tratamientos, peluquerías, pruebas de ropa, gimnasia, sol y descanso. Le alabamos el gusto.
Junto con varias profesionales del mundo de la moda y la distribución, montó entonces MODA OPERANDI, una empresa que inicialmente se dedicaba a facilitar a sus “privilegiadas” clientas los modelos de la pasarela inmediatamente después del desfile. Eso sí, a precio de oro. Un servicio curioso y útil, con un mercado restringido. Ella principalmente salía en las revistas presentando la empresa, una labor no obstante relevante, para la que estaba especialmente “enchufada” sobre todo por el romance y posterior matrimonio de su sobrina política Tatiana con Andrea de Mónaco. Su red de contactos quita el hipo y la lista de clientas que quieren conocerla no es desdeñable.
Moda Operandi ha ido ampliando su capital con inversores exteriores, modificando y mejorando su modelo de negocio y actualmente venden incluso a través de smartphone. Además, su colección incluye más opciones aparte de las pasarelas por adelantado. Pero quizás había profesionales serias en la empresa que no han estado de acuerdo con Lauren en decisiones de gestión o del día a día. Así pues, han ido, una a una, desfilando y haciendo mutis por el foro, sin realizar comentarios demasiado “claros” sobre los motivos de su marcha.
La directora de márketing se ha cambiado a una empresa joyera, Ippolita, hace dos meses. Pero es que antes se había marchado Liz Cordry, la jefa de producto e incluso Indre Rockefeller, directora de los trunk shows y amiga de Lauren. Realmente esto ha sido la guinda del pastel, porque el año pasado ya se marcharon la directora creativa y -peor aún- la directora general y socia principal de Lauren Santo Domingo, Aslaug Magnusdottir, con ella en la siguiente foto.
Ahora, con el apoyo financiero de nuevos grupos y tras nuevas contrataciones, imaginamos que pondrán a un “hombre (o mujer) de paja” que controle el “ganado” empresarial mientras Lauren se acicala feliz para las fotos. La deserción de directivas ha sido tan sorprendente que si no se modifica el “modus operandi” interno no se podrá evitar que la historia se repita.