Sophia Loren vuelve a las pantallas a los 86 años. Los avanzados de Netflix saben que hay nichos de mercado que el viejo Hollywood deja escapar y lo aprovechan.
La iniciativa que devuelve a la potente, temperamental y bellísima Sofia Villani Scicolone a las pantallas la ha tomado su hijo pequeño, Edoardo Ponti, que intenta hacerse un hueco en el mundo de la cinematografía.
Con dos Óscar, un premio BAFTA y numerosos otros galardones, la valentía de esta actriz -presumida al máximo- es digna de halago por aparecer ahora en las pantallas, cuando lleva tiempo sin mostrarse al público, y menos sin una pila de maquillaje encima.
Pero es que Sofía Loren es una belleza con carácter, aún más atractiva e interesante con este estilismo burdo que con su habitual chapa y pintura de alfombra roja. Las imágenes del film revelan que incluso a los 86, está divina con peluca gris y arrugas.
Edoardo Ponti ha afirmado que su madre es “Un purasangre, y nunca ha tenido la oportunidad de protagonizar un rol en el que interpreta a una mujer que pierde la cabeza, como este”.
Preguntada por si está contenta con el rol, Sofía ha confesado que sería imposible hacer ya papeles de mujeres de 40 o 50 años, pero que confía en si misma y que se ha gustado.
La incansable mujer que ha conquistado a tantos fans durante décadas, no deja de confiar en su atractivo personal, probablmente encerrado en el interior de su privilegiada cabeza.