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El modisto que enamoró a Cary Grant

El modisto que enamoró a Cary Grant
María Luisa Funes el

Orry Kelly fue el responsable del vestuario de 280 películas emblemáticas y ganó tres Oscars. Un recién estrenado documental sobre su vida revela la relación que mantuvo con el actor Cary Grant antes de trasladarse los dos a vivir a Los Ángeles.

“Las mujeres a las que he desnudado” -“Women I’ve Undressed” en inglés – es el título que Orry Kelly dio a sus memorias, que han tardado décadas en ver la luz. Las ha recuperado la directora de cine Gillian Armstrong, también australiana, que no se ha podido resistir al interés del personaje, realizando un documental sobre su vida.

Gillian Armstrong declaraba: “durante décadas, Orry Kelly había sido el australiano con más Oscars de la historia, y en cambio, nadie le conocía. ¿Cómo había podido pasar desapercibida la historia del autor de los vestuarios de Un americano en ParísCon faldas y a lo loco o Casablanca?” Orry había trabajado con estrellas de la talla de Bette Davis, Marilyn Monroe, Natalie Wood, Ava Gardner, Dolores del Río o Jane Fonda.

Orry George (Jack) Kelly había nacido en Australia en 1897, en el pequeño pueblo de Kiama, donde su padre era sastre. De niño, la afición de Orry a jugar con muñecas y con un guiñol, llevó a su padre a enfrentarse con él, e incluso a destrozar la maquina de coser que utilizaba su hijo. Esta confrontación hizo que Orry fuese aún más obstinado y se mudase a Sidney tan pronto como le fue posible.

De allí partió a Nueva York, buscando forjarse una carrera como actor en Broadway. Sus dotes dramáticas eran mediocres, pero su gran creatividad y pericia con la aguja y la tijera, le facilitaron trabajar en los talleres de costura de los teatros de Manhattan. En la Gran Manzana compartió piso con un emigrante inglés que había llegado allí con el mismo objetivo. Se llamaba Archibald Leach, aunque más tarde tomaría el nombre artístico de Cary Grant. Orry y Grant se hicieron amantes. Pagaban su piso alquilado de Greenwich Village con el dinero que la madre de Orry les enviaba periódicamente, con el trabajo de sastre de Orry, sus murales artísticos y sus pinitos en el diseño de corbatas y bufandas. Cary aportaba de vez en cuando ingresos de su trabajo como acompañante de señoras. Pero no despegaron de verdad hasta que se mudaron a Los Ángeles.

Grant comenzó a trabajar pronto en el cine y aprovechó sus contactos para introducir a Orry en el mundo de los estudios de Hollywood. Cary Grant se convirtió en el galán de moda, sucediendo en el “cargo” a Clark Gable; mientras, Orry Kelly, contratado por la Warner, se asentó como el creador de vestuario más respetado de la industria.

Cary Grant y Randolph Scott en su casa de Los Ángeles

Pero Cary, que tenía una imagen de donjuán que mantener en los cinco continentes y que había conocido otros amores, dejó de lado a Orry: no le interesaba que extendiese -con su carácter dicharachero y sus excelentes conexiones- su historia de amor común.

Orry era valiente y directo; fiel a sí mismo, nunca quiso ocultar su condición sexual, mientras que Cary enmascaraba la suya, incluso con diversos matrimonios. Durante los años 30 y 40, Orry Kelly fue extremadamente conocido: era abierto, expansivo e ingenioso, por lo que siempre causaba un irremediable efecto de amor o de odio en sus interlocutores.

Cuando comenzó a escribir sus memorias, se dio cuenta de que ningún editor quería publicarlas y vio tras ello la mano de Cary Grant. Durante la última época de su vida, comprobó como Grant solo se le acercaba para recordarle que evitase escribir sobre él en sus memorias. Orry pasó por fases duras de dependencia de las drogas y el alcohol. Incluso su competencia más feroz había desaparecido: Travis Banton, el responsable de vestuario de la Paramount, un genio del corte al bies y el drapeado, a cargo de los vestuarios de Marlene Dietrich, Claudette Colbert, Mae West o Carole Lombard, había muerto a finales de los 50. En 1959, había desaparecido el también famoso Adrian, modisto de los estudio Metro-Goldwyn-Mayer, que había llevado a cabo los vestuarios de El Mago de Oz y de estrellas como Rodolfo Valentino, Joan Crawford, Katharine Hepburn o Greta Garbo.

Orry Kelly murió en 1964. Y Cary Grant, George Cukor, Billy Wilder y Tony Curtis llevaron su ataúd en el funeral. Durante varias décadas sus memorias estuvieron perdidas. Nadie se acordó del creador del revolucionario vestido semitransparente que Marilyn llevó en “Con faldas y a lo loco”, del diseñador de las gabardinas de Bogart e Ingrid Bergman en Casablanca ni de los impecables vestuarios de las películas de Bette Davis, su amiga y confidente. Ahora, el documental sobre su vida promete un apasionante viaje al pasado de Hollywood a través de los ojos de Orry Kelly.

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