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Blogs Laboratorio de Estilo por María Luisa Funes

El camisero Real británico

El camisero Real británico
María Luisa Funes el

Turnbull & Asser

El camisero Real británico, abre tienda online

La camisa “Doctor No” es uno de los modelos disponibles en la gran camisería británica Turnbull & Asser. Fundada hace 130 años, a manos de Reginald Turnbull & Ernest Asser, la casa se convirtió poco a poco en toda una institución de la moda londinense. Aunque abrió en la calle St. James, rodeada de clubs privados masculinos, junto al palacio del mismo nombre, aunque en sus inicios se trataba de una tienda de medias y calcetines.

El gran éxito de sus propuestas les hizo mudar su tienda a la más comercial zona de Mayfair, exactamente a la misma dirección en la que permanece su actual tienda faro: Jermyn Street esquina con la calle Bury. Muy cerca está Savile Row y todas las sastrerías británicas de primer nivel.

Curiosamente, esta casa que en los años 80 el príncipe Carlos convirtió en proveedor “Real”, está ahora en manos del tío del último novio de su ex, la princesa Diana. Un hermano de Muhammad Al-Fayed se ha permitido el lujo de comprar algunos de los establecimientos más frecuentados por la entonces famosa pareja real. Y Turnbull & Asser no ha escapado de sus garras. Este año han abierto otras tiendas en Londres y Nueva York, posicionándose como los camiseros masculinos de referencia a nivel mundial.

En este último siglo, la marca ha vestido a políticos de la talla de Winston Churchill, Ronald Reagan, George H. W. Bush o John Kerry, sin olvidar al príncipe de la elegancia, Carlos de Inglaterra. Artistas y actores como Charlie Chaplin o Picasso, no dudaron en su día contar con sus servicios. Pero fue probablemente Churchill, que contaba con sus camisas, pajaritas, pañuelos de bolsillo y accesorios de viaje de la marca en su guardarropa, la persona que más promocionó -involuntariamente quizás, la ahora mundialmente conocida “Turnbull & Asser”: “ para nosotros, no era el primer ministro, era un cliente con la talla 46” declaraban los empleados de la época. Y es que esta casa que inició su andadura con medias y calcetines, inventó una exitosa gabardina e incluso un saco de dormir durante la Primera Guerra Mundial. En los años 20, cuando los hombres comenzaron a mostrar sus camisas de modo más evidente, no dudaron en especializarse en el tema que les ha llevado después a adquirir fama mundial actualmente.

James Bond, encarnado sucesivamente por actores como Sean Connery o Pierce Brosnan, llevó las exquisitas camisas de Turnbull & Asser en sus películas, poniendo de moda incluso el modo en el que se llevaban los puños y gemelos. En los años 70, los norteamericanos “compraron” su idea, que se empezó a comercializar con prendas ya fabricadas de antemano, vendidas en los mejores grandes almacenes. La película de “El Gran Gatsby” tuvo el privilegio de contar con camisas de T&A, aunque fue Ralph Lauren el encargado de los trajes de los personajes masculinos más importantes.

Los años 80 trajeron la gloria a esta gran casa:  Carlos de Inglaterra les convertiría en proveedores reales. Desde entonces, políticos, actores, periodistas y nobles de fama mundial comenzaron a visitar la tienda principal de Londres. Allí se elaboraban los patrones para las camisas de personajes insignes, que una vez convertidos en clientes, y habiendo pasado por el sistema de toma de medidas y pruebas, se convertían en los mejores embajadores de la casa. Desde que la marca pertenece a la familia de Al Fayed, sus artículos se han hecho más disponibles al público general, si bien este no era el objetivo inicial de la marca, que incluye al menos una prueba – idealmente tres- para acertar con la camisa adecuada. El cuerpo humano, por norma muy irregular, necesita prendas adaptadas a cada fisonomía.

La exclusiva casa londinense ofrece desde ahora la posibilidad de hacer pedidos online a través de su recién estrenada página web. Sus elegantes batas, pijamas, tirantes, pañuelos y corbatas, están disponibles a nivel mundial, sin necesidad de pasar por Londres. Sus camisas en serie, como la ya famosa camisa “Doctor No” que Connery llevó al cine, también se pueden comprar a través de Internet. Pero su servicio “a medida”, para elaborar un patrón que quede permanente en sus archivos, que se pueda replicar tantas veces y con tantas modificaciones com el cliente desee, sigue necesitando una cita previa en sus tiendas principales. La red digital, útil y democrática, no priva a los clientes de una obligada visita a sus tiendas-taller de Londres o Nueva York, donde al menos 18 medidas exactas son necesarias para elaborar esa camisa insustituible que todo hombre bien vestido desea. Modernidad y tradición siguen yendo de la mano.

 

 

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