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Dolce & Gabbana se disfraza

Dolce & Gabbana se disfraza
María Luisa Funes el

Los siempre originales Domenico Dolce y Stefano Gabbana, han vuelto a lucir modelos con “trajes regionales” en su último desfile. Con su sincero afán por entretener, no siempre aciertan replicando el folklore de otros países.

La prensa internacional les ha tachado de oportunistas, ya que con la intención de atraer clientas del gigante mercado chino, han “disfrazado” a algunas modelos con vestidos inspirados en el cheongsam o qipao, vestido ceñido y largo que tuvo su origen en el Shanghai de los años 20, cuando lo adoptaron como atuendo las señoras con más posibles.

Pero Dolce & Gabbana ha recurrido al burdo método de italianizar el qipao solo cuando salían a la pasarela modelos de procedencia asiática. ¿Es que acaso creen que las chinas que asisten a las pasarelas, o aquellas que van de compras en Via Montenapoleone desean replicar el vestido tradicional chino? Aunque el qipao estuvo de moda en el mundo occidental durante los años 90, ahora no es el caso. Y los enormes esfuerzos de las chinas, que se operan la nariz para tenerla más aguileña y los párpados para redondear sus ojos, no se van a ver anulados adoptando ropa ahora  considerada “caduca” en su país.

En vez de conseguir ofrecer un tributo a la China, han resultado poco creíbles. Que conste que no es la primera vez que les ocurre. Qué decir del uso de Jose Mari Manzanares -por muy guapo que sea- vestido de corto para promocionar una marca italiana. Sería como elegir a Raffaela Carrá para un anuncio de anchoas del Cantábrico.

O de los símiles de trajes de gitana combinados con viejas de pueblo andaluz que probablemente eran en realidad sicilianas del pueblo de Domenico Dolce.

Con lo bien que retratan la juerga del sur de Italia.

Y lo bien que trasmiten la esencia de los pequeños pueblos de la Conca d’Oro siciliana…

Si quieren jugar -y ganar- conjugando estereotipos del folclore, estarán más seguros haciendo con el suyo propio. El potente mercado de clientas chinas, está lleno de señoras con una sólida visa y una gran predilección por los vestidos y bolsos italianos, con la eterna fantasía de fundirse en el paisaje milanés, caminando entre las italianas más vanguardistas. Y la prensa china, ya ha tildado este desfile de insensible. Una exageración, si, pero es que se critica que Milán sea la “pasarela más blanca”, tanto en términos de prensa e invitados, como de modelos. Así están las cosas.

 
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