Cocinar en el jardín o el porche es un placer para los aficionados a la gastronomía. También una solución para no abandonar a los invitados en las relajadas reuniones de verano, mientras les hacemos partícipes de nuestras recetas.
Los fregaderos de piedra, los platos antiguos o los grifos retro son un aliciente.
Recuperar una antigua leñera para cocinar y disfrutar de la gastronomía puede ser una altermatva insuperable.
Las chozas dedicadas a aperos o desván de muebles, pueden acabar siendo el más actualizado paraiso del gourmet.
Cualquier esquina es buena para no pisar la cocina del interior de casa en verano.
Con barra, bar y cubierta, lo más parecido a un chiringuito.
Un toque british, algo cursi, puede cuadrar en algunas casas del norte .
Neutralidad germánica para esta cocina de exterior de corte minimalista.
Dentro pero fuera, una alternativa para disfrutar del jardín mientras se cocina, atendiendo a la vez a los invitados.
Un tenderete para cualquier rincón del jardín.
Versión Hamptons de barbacoa y barra. Corrección y elegancia, siempre con ese toque “clean-cut” americano.
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