Las pasarelas son fuentes de disgustos y estrés para diseñadores, marcas y modelos. Todas las casas han pasado alguna vez por algun trastazo de una modelo vestida a menudo de modo “imposible”. Tal fue el caso esta semana de la Alta Costura en París en el desfile del “ínclito” Elie Saab.
A veces salen mal las cosas pero pasa desapercibido para el público general. En este caso, al haber “aterrizaje en pista” de modelo “cuerpo a tierra”, no ha pasado de largo. Las víctimas: las modelos, que son miradas con lupa y criticadas quizás. Los espectadores encantados: entretenidísimos. Y las marcas al fín y al cabo, obtienen más repercusión mediática.
Prada Colección Primavera-Verano 2009
Otra caída en Prada
Algunas causas de estas caídas son:
1. Una pasarela brillante y resbaladiza se convierte en una “improvisada” pista de patinaje artístico.
2. La suela de los zapatos debe marcarse, como se hacía hace 20 años, con cortes en forma de rayas diagonales cruzadas con una llave o un cuchillo, para que tenga mayor “agarre” al suelo.
3. Las modelos usan a veces zapatos de más número que el habitual, ya que los zapatos del desfile son pequeñas series que se hacen manualmente casi en los talleres para la ocasión, normalmente entorno al número 41. Un zapato grande es una trampa “mortal” si se sale.
4. Los tacones y plataformas de cierta altura son un peligro para torceduras de tobillos y batacazos. Aunque nos gusten.
5. Las modelos a vecen llevan vestidos más largos de la cuenta con unos bajos sin revisar o exageradamente largos y majestuosos a propósito. Esto convierte al vestido en una buena maquina de hacer auto-zancadillas.
Por cierto, aunque la mayoría de los “alunizajes” sea en el extranjero, también tenemos nuestros exponentes patrios. Como muestra, esta caída en un desfile de mi paisana Juana Martín. Juana, no te enfades, que esto pasa hasta en las mejores familias y tu tienes arte de sobra. Gajes del oficio.
