El sector del “hard luxury” – las marcas de relojería y joyería principalmente- lleva varios años en alza y promete seguir en esa tendencia, teniendo en cuenta que las nuevas clases medias de los países asiáticos están en pleno boom de crecimiento.
En LVMH tenían claro que su rival – más pequeño pero bien posicionado- Richemont, les llevaba ventaja en este sector, con su gran conglomerado the joyas y relojes formado por Cartier, Montblanc, VAcheron Constantin y Van Cleef & Arpels.
Es por ello que tras hacerse hace décadas con Chaumet, Tag Heuer o Hublot, recientemente en LVMH adquirieron Bulgari.
Tras varios meses desde la oferta de compra de Tiffany & Co, las cosas parecían ponerse feas para LVMH. Pero en esa posición de liderazgo, siempre asesorados por los mejores, no han sido así las cosas.
Al final, Tiffany se ha comprado por 430 millones de dólares menos que lo anticipado en la oferenta de 16.200 millones, con un pago final por acción de 131,30 euros (3,5 euros menos por acción de lo inicialmente planeado).
Tiffany & Co no solo tiene una imagen impecable y global, sino que además domina todos los pasos del proceso, desde la producción a las ventas o la comunicación, integrando en su estructura verticalmente toda la cadena de aprovisionamiento y de valor añadido.
Este know-how y control de todos los pasos de la producción de joyas, añade gran valor a factores actualmente críticos como la adquisición de piedras preciosas, diamantes y oro. Sin duda, una excelente compra por parte de LVMH, que se lleva a la hucha a otra marca grande y valiosa.
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