1. Combinación extraña. Si hace un año se cuenta el trueque de bandas del Miércoles Santo, no hay quien se lo crea. Si se dice además que una banda como la de la Estrella se iba a quedar libre, se echaba uno las manos a la cabeza. Cuestiones de equilibrio interno, a lo mejor para lograr contratar a una formación primero hay que tener a otra distinta.
2. Como en las fotos analógicas. A los cofrades más jóvenes les sorpendió hace no mucho ver en el libro de un pregón a una Dolorosa del Domingo de Ramos ataviada de una forma que ni le habían conocido ni le sospechaban, tanto por los tocados como por lo que tenía en el pecho. Mire usted por donde, por cosa de los sillones, no se van a morir sin verlo con sus propios ojitos.
3. Agrupación de “spams”. Que levante la mano el secretario o hermano mayor que mira de vez en cuando el correo corporativo que puso la Agrupación para cada hermandad. Entre la publicidad, las invitaciones de Rafael Jaén a cosas del PP y el «spam» puro y duro, tienen poco interés por más que desde la calle del Lodo manden algo curioso de vez en cuando.
4. Cuestión de economía. ¿Cuántas bambalinas se pueden bordar en oro fino, cuántos candeleros de plata y cuántas sayas decentes se pueden hacer con lo que algunas cofradías gastan en imprimir boletines y dípticos de cultos en papel satinado y de calidad pero con fotografías tan pixeladas que da yuyu mirarlas?
5. Como en su propia casa. Tanto se siente este hombre en su casa cuando visita aquella iglesia, que no tiene un río al lado, como la suya, sino debajo, que hasta una hermandad próxima a él estuvo a punto de irse allí a buscar refugio contra las inclemencias de la madera. En pocos sitios se siente tan en casa, dicen.
Semana Santa
